“Cuando dos caminos se separan… toma aquel que se dirija a la playa”. Hannah McKinnon

Comienza el fin de semana con nubosidad variable, temperaturas agradables

Agatha Christie en Las Canteras

La representación escénica “Un día en la playa, el verano que acabó ayer”, que el colectivo Salsipuedes ofreció este domingo en Las Canteras, despertó viejos recuerdos y trajo noticias de hechos olvidados.  Uno de los episodios que llamó la atención fue la visita que hizo la escritora Agatha Christie a Canarias en 1927. El periodista Cayetano Sánchez relata el episodio en este artículo escrito para www.miplayadelascanteras.com



Por Cayetano Sánchez

Ya en 1927 la escritora británica  Agatha Chistie gozaba de merecida fama universal como autora de novelas y relatos de crimen y misterio. Pese a ello, a sus treinta y siete años ve cómo su vida se derrumba por la muerte de su madre y la separación de su primer marido. Abrumada por los acontecimientos y agobiada por los medios de comunicación, decide poner tierra por medio hacia un lugar que por aquellos años tal vez resultaba suficientemente remoto para su exilio, a la vez que cercano: Canarias.

Junto a su hija y a su fiel secretaria desembarca en el Puerto de la Cruz y se hospeda en el Gran Taoro Hotel. Allí logra el sosiego, pese al asedio de otros turistas británicos alojados en el mismo establecimiento. Su estancia transcurre entre  paseos y  baños, al tiempo que termina dos de sus obras, El misterio del tren azul y El enigmático Mr Quin. Algunos estudiosos de su estancia en Tenerife hablan de que una de las historias de éste último libro de relatos, El hombre del mar, refleja con precisión paisajes del norte de la isla, pese a que la trama se desarrolla en otro lugar.

 

 

El mal tiempo – presuntamente la panza de burro– y la bravura del mar de sus playas la hicieron cambiar de isla y desplazarse a Gran Canaria. Todos estos apuntes del pasado los incluye en su postrera biografía, publicada en 1978.

Orotava era un lugar encantador, con la gran montaña que lo dominaba todo y las maravillosas flores que crecían por todas partes. Había, sin embargo, dos cosas que me molestaban: la bruma que descendía de la montaña al mediodía y que convertía lo que había sido una espléndida mañana en un día completamente gris, a veces incluso llovía; y los baños de mar, que para los aficionados a nadar resultaban horribles: tenías que tumbarte boca arriba en una playa volcánica en pendiente, enterrar los dedos en la arena y esperar que las olas te cubrieran. Pero tenías que ir con cuidado para que no te cubrieran demasiado pues se habían ahogado ya muchas personas. Resultaba imposible meterse en el mar y empezar a nadar; solo lo hacían los dos o tres nadadores más fuertes de la isla e, incluso, uno de ellos se había ahogado el año anterior. Por eso, al cabo de una semana nos trasladamos a Las Palmas de Gran Canaria”.

El Hotel Metropole fue el establecimiento elegido por Agatha Chistie para  su estancia en la capital grancanaria. Su opción no fue casual. El lugar que hoy ocupan las oficinas municipales del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria era, junto al cercano Hotel Santa Catalina, un establecimiento frecuentado por compatriotas suyos- muchos ya afincados en la ciudad- y próximo al  Club Británico y la Iglesia Anglicana.  Más recuperada de ánimo, asiste a fiestas y bailes de la colonia británica local y , como no, comparte muchas tardes de té con pastas con muchos de  ellos.

Tanta vida social no le impide convertirse en una asidua de la playa de Las Canteras, donde disfruta con sus largos baños de mar y paseos por su orilla. Algunos hablan incluso que fue una de las primeras surferas de la isla… Con el paso de los años- en la ya citada biografía- escribe:

“Las Palmas me parece aún un lugar ideal de descanso en los meses de invierno. Pero creo que hoy día se ha convertido en un gran centro turístico que ya ha perdido su encanto de entonces. En aquel tiempo era un lugar tranquilo y lleno de paz. Iba muy poca gente, salvo los que se quedaban uno o dos meses y lo preferían a Madeira. Tenía dos playas perfectas; la temperatura también lo era; la media era de 21 grados, que para mí es la temperatura ideal del verano. La mayor parte del día soplaba una brisa estupenda y las noches eran lo suficientemente cálidas para sentarse al aire libre”.

Como mujer inquieta, y enamorada del paisaje de Canarias, tuvo tiempo también de realizar excursiones por la isla: las cumbres y el Norte, principalmente.

Precisamente en el Norte- en Agaete- transcurre la única creación de la autora que de desarrolla explícitamente en las islas.

Así, la misteriosa muerte de Amy Durrant en la playa de Las Nieves (Agaete) ocupa la trama central de La señorita de compañía, uno de los relatos incluidos en Srta. Marple y 13 problemas, escrito por Agatha Christie en 1932. La trama arranca en el Hotel Metropole:

“La historia sucede en Gran Canaria, no en Tenerife- matiza el narrador, un médico inglés. Al día siguiente había planeado una excursión con unos amigos. Teníamos que atravesar la isla en automóvil hasta un lugar llamado-apenas lo recuerdo…¡Ha pasado tanto tiempo! Las Nieves, una bahía donde podríamos bañarnos si ese era nuestro deseo…” .

El relato continúa con todos los ingredientes habituales en la narrativa de esta dama del crimen– que no conviene desvelar para mantener el misterio- donde no faltan precisas descripciones del paisaje de la zona; hechas desde una indisimulada admiración.

Publicado por la Editorial Molino, La señorita de compañía  es una de las historias más populares de cuantas han tenido a las islas como escenario de tramas noveladas, que nada tienen que ver con las historias reales de ilustres viajeros que en siglos anteriores visitaron Canarias como cronistas. Todo ellos, en cierta manera, siguieron la tendencia de dejar constancia de la existencia de unas lejanas islas, como ya hiciera Plinio, el primero que divulgó por escrito su nombre, al tiempo que magnificaba sus bondades. Una lástima que esta ciudad no haya estado a la altura de Agatha Christie, rememorando su paso por ella, al igual que Agaete.

El periodista Raúl Gil glosaba su paso por la isla en un reportaje, publicado en La Provincia en el 2010, que así concluía. “Incluso periódicos británicos como The Independent han publicado estos días una guía sobre los viajes que hizo Agatha Christie por el mundo y dedica una buena parte a hablar de Las Palmas de Gran Canaria”.

Afortunadamente, desde el año 2007, el Centro de Iniciativas Turísticas del Puerto de la Cruz ha sabido mantener vivo el recuerdo en Canarias de la escritora más célebre y leída de todos los tiempos- más que Shakespeare- con un Festival Internacional de carácter bienal. ¡Ellos sí que saben!  

 

Agatha en la representación escénica “Un día en la playa, el verano que acabó ayer”, del colectivo Salsipuedes

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