Los ‘Pilones’ de Punta Brava no son otra cosa que bloques de cemento que mantenían sujeta una tubería que extraía agua de un charco de la Barra Amarilla, agua salada y presumiblemente limpia que se usaba para refrigerar las turbinas de la desaparecida Central Eléctrica.
El agua llegaba a las turbinas de la central a través de unas canalizaciones subterraneas que aún existen, aunque no operativas y presumiblemente llenas de arena, desde este punto. Los pozos que se ven en la zona alta, cuando se desplaza la arena, son parte de este sistema de refrigeración.
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