No crean que las duchas y lavapiés han estado “toda la vida” en la playa de Las Canteras.
Estas llegaron a nuestras vidas playeras en el verano de 1991. Las primeras duchas fueron cuatro, instaladas todas en la Playa Grande; los lavapiés, sin embargo, sí estaban en casi todas las bajadas a la playa.
Estas primeras duchas eran unos armatostes con varias salidas y sin desagües, por lo que se formaban enormes charcos donde la chiquillada chapoteaba. Las crónicas periodísticas de entonces hablaban de esta chapuza y del riesgo de coger hongos en los pies.
Leemos en una noticia de 1996 que el Ayuntamiento se gastaba más de dos millones al año en las facturas de agua en Las Canteras.
En mayo de 2000, llegaron las duchas actuales dentro de un Plan de Excelencia Turística.
Fueron 15 duchas cuyo valor fue de 6 millones de pesetas: ocho de ellas estaban sujetas al suelo, ubicadas entre La Puntilla y el balneario del Reina Isabel, y siete adosadas a la pared. Con el tiempo, ha ido aumentando el número de duchas y chorros. También han ido evolucionando sus bases y soportes.
Como curiosidad, el diseño de estas duchas se realizó en exclusiva para Las Palmas de Gran Canaria. El material utilizado es el acero inoxidable para evitar la corrosión marina, y su diseño fue obra de Ignacio Sala.
Tras esta reseña histórica sobre las duchas de la playa de Las Canteras, volvamos al tema del agua.
Por aquellos años 90, se transmitió la idea de que el agua de las mismas era de “peor calidad”, como la utilizada para regar los jardines. Ese rumor ha llegado a nuestros días, pero no es cierto.
Podemos confirmar que el agua de las duchas y los chorros de las escaleras es la misma que la que tenemos en casa para el uso diario. Solo queda no malgastarla por el bien del medioambiente y de las arcas municipales.
2 Comentarios
Es constante el mal uso que les dan la chiquiñeria y en muchas ocasiones en presencia de sus padres que no los corrigen y no les explican que el Agua en nuestra isla es un bien escaso antes los asiduos cuando veiamos estos excesos les avisamos a los Policias Locales de servicio en la playa pero estos ya no se ven buen verano
En mi modesta opinión, lavarse los pies (o lavar los juguetes) es innecesario muchas veces. Después de bañarnos, cuando uno pasa un rato en la toalla, la arena se seca y sale de los pies con pasarse la toalla. Tampoco hay que regresar inmaculado a casa, en especial porque al llegar a casa nos ducharemos y se volverá a gastar agua.