“Cuando dos caminos se separan… toma aquel que se dirija a la playa”. Hannah McKinnon

Algo nuboso, temperaturas agradables

“Un golpe helado”, a Lola Campos-Herrero por Santiago Gil

Otra vez ha venido la jodida parca a nublar la mañana del domingo. Llamó primero Alexis Ravelo: “Se ha muerto Lola, está en el Negrín”. Luego fuimos contactando unos con otros. Lo de siempre: la rabia, el dolor, el corazón helado, ya sabes, todas esas sensaciones de impotencia que tenemos los vivos cuando nos enteramos que se muere alguien como tú. Porque no sólo nos da rabia perder tu sonrisa, tu palabra pausada y serena y la ternura de tu mirada. Nos fastidia más perder tus textos, todas esas palabras que ya andan desorientadas por el mundo, tan desorientadas y tan perdidas como estamos nosotros esta mañana triste de otoño. Tampoco tenemos quien nos sosiegue, ni quien nos empuje a seguir cuando llegan las dudas y uno se plantea si realmente sirve para esto de la literatura. Te tuvimos a ti empujando del carro. Somos muchos los que te debemos los primeros impulsos, las citas en tus columnas y las invitaciones a los cenáculos de los consagrados. Ha habido unanimidad a la hora de tu partida: eras generosa y genial, buena gente, un poco la madre putativa de todos nosotros, desde hoy más huérfanos y más perdidos en este lodazal de la vida diaria.

Teníamos pendiente un libro de viajes. Nos pedías un texto que hablara de partidas, de ausencias o de reencuentros. Me imagino que sabías lo que había y lo que necesitabas de cada uno de nosotros. Nos queda ese proyecto para seguir manteniéndote viva, y sobre todo nos quedan tus textos. Te has marchado escrita y te escucharemos cada vez que nos acerquemos a tus libros. Tengo delante Noticias del paraíso, uno de tus últimos libros de poemas ilustrado por Rafa Hierro. Lo abrías con una cita premonitoria de Satie: “Vino al mundo muy joven en un mundo muy viejo”. Como tú. Yo me despido triste, Lola, y lo hago aprovechando unos versos tuyos, de tu poema Eternidad: “Pasarán más de mil años, perdidos bulevares, muchos más./ Y seguirán siendo tus ojos ríos profundos a la luz/de los anuncios callejeros. Como hoy, bajo los tilos de la tarde, diré/esta misma frase. Y el viento recorrerá las esquinas”. Nos vemos.

Santiago Gil.

Ayúdanos a seguir informando día a día sobre nuestra playa: dona

He visto un error 🚨

Comparte

Comenta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

error: Este contenido está protegido con derechos de autor