De derecha a izquierda, podemos distinguir, asomando, la casa de Los Naranjos con su balconada (actualmente un moderno edificio de pisos y apartamentos), la casa de los Correa con el letrero del mítico “Papa Loca” y la casona que, por aquellos años, albergaba el restaurante Felicidad, hoy convertida en una construcción poco estética que nada conserva de su pasado.
Las farolas, el muro de la playa pintado de blanco… detalles que evocan recuerdos de otra época de Las Canteras.
Las dos ciudades atlánticas colaboran en proyectos europeos de regeneración de espacios públicos litorales y comparten experiencias el turismo, deportes como el surf y movilidad sostenible