Foto de este martes 19 de diciembre 📷

Enésima denuncia sobre el estado actual del llamado mirador del Lloret. Cada vez que uno pasea por sus inmediaciones, no puede dejar de preguntarse como puede mantenerse en tan deplorables condiciones: abandonado, sucio y peligroso.

Este mirador, construido por la Consejería de Política Territorial del Cabildo e inaugurado por el presidente Antonio Morales el 15 de junio de 2022, ha mostrado un estado lamentable desde su primer día.

La solución al calamitoso estado se ha complicado, ya que los técnicos y autoridades se percataron de que la esquina superior de la terraza corre el riesgo inminente de desplomarse debido a una cavidad considerable en el acantilado, resultado de la erosión causada por el mar. Este problema era de conocimiento general para muchos usuarios de Las Canteras.

Así lo reconoció el antiguo alcalde de esta ciudad, ahora vicepresidente y consejero de Obras Públicas del Cabildo de Gran Canaria, Augusto Hidalgo, quien en una reciente entrevista en un medio local comentó las dificultades para suscribir un convenio con el gobierno municipal para el mantenimiento del mirador, debido a que se ha detectado un hundimiento en el entorno del acantilado que sostiene la atalaya.

En el mismo reportaje periodístico, el consejero de Obras Públicas del Cabildo recordó que entre El Lloret y el Atlante confluyen responsabilidades del Ayuntamiento, del Cabildo, del Gobierno de Canarias y de la Demarcación de Costas. Por lo tanto, deben ponerse de acuerdo para buscar una solución al agujero en el risco, según Augusto Hidalgo, la causa principal que impide adecentar el mirador.

Excusas aparte, el mencionado mirador, ubicado en una esquina de la bahía de El Confital, con enormes posibilidades para convertirse en un rincón disfrutable, empezó mal desde el diseño del proyecto: pobre e inadecuado para la categoría del lugar. Este espacio, junto al área ahora ocupada por un depósito de coches viejos, constituye los únicos lugares restantes en el Rincón-Lloret para el disfrute ciudadano. Su acondicionamiento debería ser realizado con buen gusto y dignidad; sin embargo, el mirador es una chapucilla que se amplifica debido a su lamentable estado de conservación y mantenimiento.

Todos los que paseamos diariamente hacia los Jardines del Atlante (otro lugar que muestra un lamentable estado de abandono) vemos resignados como pasan los meses y el mirador sigue con vallas caídas, sucio, peligroso, nada atractivo para disfrutar de las maravillosas vistas de la bahía. Un espacio que, bien diseñado, podría ser un rincón de postal, parece más bien un solar abandonado.

No nos merecemos tanta desidia.