Década de los años sesenta
“Al rico pescado de barquillo” gritaban los pescadores dispuestos a vender sus capturas tras varar sus embarcaciones en la arena de La Puntilla.
Las mujeres del barrio, algunos curiosos y varios turistas se acercaban para presenciar la «ceremonia» de vender un pescado «vivito y coleando» con las viejas pesas que habían sido heredadas de generación en generación.
…antes venían trasmallos y nasas llenos a rebosar: sargos, salemas, samas, viejas y bocinegros, entre otros, coleaban y boqueaban en el fondo de la barquilla y llegaban fresquitos a restaurantes y viviendas…

1 comentario
AMBROSIO MEDINA DOMINGUEZ
17 de diciembre de 2020EL PESCADOR CON LA ROMANA ES EL» SERIGUILLA» Y EL OTRO ANDRES EL» MUDO».