Década de los años sesenta
“Al rico pescado de barquillo” gritaban los pescadores dispuestos a vender sus capturas tras varar sus embarcaciones en la arena de La Puntilla.
Las mujeres del barrio, algunos curiosos y varios turistas se acercaban para presenciar la “ceremonia” de vender un pescado “vivito y coleando” con las viejas pesas que habían sido heredadas de generación en generación.
…antes venían trasmallos y nasas llenos a rebosar: sargos, salemas, samas, viejas y bocinegros, entre otros, coleaban y boqueaban en el fondo de la barquilla y llegaban fresquitos a restaurantes y viviendas…

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AMBROSIO MEDINA DOMINGUEZ
EL PESCADOR CON LA ROMANA ES EL” SERIGUILLA” Y EL OTRO ANDRES EL” MUDO”.