Es un lugar maravilloso y siempre que hablamos de El Confital tenemos que hacerlo en clave negativa, de la quema no se salva ninguna institución implicada en su gestión.
Al Confital se le trata como un espacio de tercera categoría cuando realmente debería ser el emblema natural de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Un icono del que todos los ciudadanos, vecinos y turistas, de esta urbe deberían de estar orgullosos. Pero no, la sensación de abandono institucional, de gestionarlo como un descampado hace que sintamos vergüenza ajena de lo que allí ocurre.
Los últimos sucesos de contaminación por bacterias fecales, sin identificar aún su origen, han sido la gota que colma el ya repleto vaso de mala gestión.
Ni Ayuntamiento, ni Cabildo ni Gobierno de Canarias ni Costas han tratado históricamente como se merece este lugar, que si estuviera en otro lugar del mundo sería mimado y cuidado incansablemente
La lista de cosas mal gestionadas es enorme y enumerarlas los cansaría, solo basta nombrar algunos ejemplos; como se ha gestionado el post derrumbe de Los Canarios, la falta de vigilancia policial, la suciedad generada por muchos desaprensivos, la falta de mimo en el mantenimiento, el descuido de su patrimonio cultural y faunístico, el abandono de lo verde allí plantado, los baños cerrados, sin vigilancia ni salvamento, el que todo valga….
Una pena.
A sus usuarios; bañistas, surferos, caminantes, etc… de este maravilloso lugar solo decirles que no se conformen. Luchen, pataleen, griten para que ellos, los encargados de gestionarlo, los que tienen la obligación de cuidarlo trabajen duro para que el actual descampado abandonado se convierta en ese lugar maravilloso que todos deseamos.
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