Hace ya varios años que se puso de moda la palabra competitividad para señalar o señalarse la capacidad de ganar cotas de mercados en un entorno de ventas agresivas.
Si, porque antes de la bonita palabra competitividad, se hablo mucho ser agresivo a la hora de ofrecer un producto o servicio. Había que romper los moldes de la competencia como fuese. Tengo la impresión que era una acción, donde valía todo tipo de estrategias, el caso era ganarse a los clientes.
Aquello parecía estar en un constante poder a poder, como si se estuviera compitiendo para batir una nueva marca en una carrera olímpica. Y de ahí lo más posible, es que se cambiase de agresividad por competitividad.
Claro que esa competitividad necesitaba llevar por delante un estandarte con un símbolo que diera sentido a la palabra en cuestión. No hay competitividad sino esta respaldada por una serie de acciones que demuestren una estrategia novedosa. Ya no valen aquellas acciones pasadas de comprar al cliente con iniciativas poco ortodoxas. Puede que quede alguno aun, pero sigue un camino equivocado.
La estrategia que se pone de moda y que salta al mercado como algo superior es la combinación de otras dos: Investigación y desarrollo, y pintan en el estandarte los signos siguientes (I+D).¡ Caramba esto si que es novedoso!, se preguntan unos y otros.
¿Y esto para que nos sirve?. Pero si no es nada nuevo, todo el que ha querido hacer y ofrecer, no ha tenido más remedio que pasar por estos dos pasos, aunque fuera de una forma muy humilde, para saber si esta en el camino correcto. Entonces ¿qué ha pasado? Simplemente, que el más capacitado, tendrá mejor estrategia de (I+D) para ofrecer.
Una de las bases para llevar a cabo esta estrategia es presentar soluciones y no problemas.
Hoy la competitividad es llevar al cliente soluciones y evitarle problemas, cuanto más garantías mayor cota de mercado. Y ello se consigue investigando lo que se hace, como se haces, por qué se haces, para quién se hace y desarrollando las técnicas que lo conseguirán.
Tengo la opinión que a nuestros turistas, aquellos turistas que vienen buscando el verdadero ocio en la playa de Las Canteras, les falta verse mejor atendidos, le falta verse más seguros.
El turismo extranjero que acude a Las Canarias es significativo en el desembolso económico y requiere que sea valorado.
Por ejemplo la calidad en el servicio de “restauración” -cartas y personal-, se debería investigar para mejorarlos desarrollando las técnicas ya existentes para la atención al público. Es una forma de ser más competitivos sin ser desleales. No es solo llamar la atención al posible cliente cuando pasa, ofreciéndole un menú, es la continuidad del servicio si acepta la invitación. Incluso cuando se le ofrece, tratando de que entienda en su idioma.
Hoy algo importantísimo que refuerza la competitividad, es el entendimiento entre las personas, hablando el idioma del interlocutor. Hace buen negocio quien mejor interpreta las solicitudes. El entenderse por señas y dibujitos en un papel de servilleta ya no se estila. Donde les entienden y además ofrecen un servicio correcto, pues allí se van.
Esta es la importancia que tienen los signos (I+D) que se aplican en cualquier momento y en cualquier negocio, para ser competitivos. Habrá siempre la solución ante un posible problema.
Juan Boza Chirino
