En aquellos años 80, no había sábado o domingo por la tarde en que no nos acercáramos a «La Papa Loca», en la Playa Chica, con un amigo, la novia o la pandilla, para saborear el famoso cono de papas fritas acompañado de su mítica salsa «papa loca».
Para muchos jóvenes de aquella época, era casi un ritual acudir a «La Papa Loca» después de pasar el día en la playa o en nuestras salidas de fin de semana, convirtiéndose en un punto de encuentro obligado para las pandillas de Las Canteras.
El cambio de denominación de la playa de Guanarteme a La Cícer no se debió a una decisión administrativa formal, sino que fue un proceso gradual, impulsado por la presencia de la central eléctrica y su influencia en la identidad local