Montaje con fotos de Erich Lessing 📷
“¡Por allí resopla!”, gritó el capitán Ahab al avistar a la ballena blanca en la novela Moby Dick de Herman Melville.
“¡Por allí resopla!”, exclamó también el actor Gregory Peck, en el papel de Ahab, durante la filmación de Moby Dick en la bahía de El Confital. Un hito histórico poco aprovechado y explotado turísticamente en nuestra bahía.
La película se rodó entre finales de 1954 y principios de 1955 bajo la dirección del célebre John Huston. Cabe aclarar que en Gran Canaria solo se filmaron las escenas de la caza de la ballena y el epílogo final de la película. Algunas escenas también fueron grabadas en el mar frente a la Catedral de Santa Ana.

El rodaje llegó a Gran Canaria, más concretamente a la bahía de El Confital, de manera fortuita. Fue la alternativa al rodaje previsto en Gales y, más tarde, en Azores y Madeira, que se vieron imposibilitados por el mal tiempo y la pérdida de un par de réplicas de la ballena debido a las condiciones del mar.

Muchos trabajadores locales, como pescadores, carpinteros, torneros, etc., de La Isleta y La Puntilla, participaron como extras en la película o en la construcción de la ballena y las réplicas de los botes balleneros.
«La filmación movilizó a más de cien personas entre locales y provenientes de Inglaterra y Estados Unidos, como cuenta el propio John Huston en sus memorias A libro abierto (Espasa Calpe, Madrid, 1986, tercera edición).
En dos meses, con participación decisiva de carpinteros locales, se construyó tanto la réplica de la ballena, de más de 65 metros de largo, como los alargados botes balleneros de dos puntas de mitad del siglo XIX en que se sitúa la obra maestra de Melville.»_ Luis Roca
La reproducción de la legendaria ballena blanca se construyó en los talleres de la a Compañía Carbonera en 1954. Tenia 30 metros de largo y pesaba 18 toneladas.
Oswald Morris, ganador de un Óscar y siete premios BAFTA, fue el director de fotografía.

El fotógrafo austriaco de la agencia Magnum, Erich Lessing, documentó el rodaje. En la primera década del siglo XXI se descubrieron fotografías inéditas de Lessing que muestran detalles únicos del proceso de filmación de Moby Dick.

El rodaje tuvo un gran impacto en la sociedad isleña de la época. La presencia de los actores revolucionó la ciudad siendo un acontecimiento inolvidable para quienes lo vivieron.

El desaparecido y popular merendero de Juan Pérez en La Puntilla fue utilizado para recrear la taberna de la película y también como punto de encuentro para el equipo durante el rodaje.

En el invierno de 1954 Kika Andersen, de 15 años, quedaba todos los días con sus amigas en Las Canteras para ir tras la pista de Gregory Peck.
«Durante días, las niñas quedaban para esperar a las lanchas del rodaje. Así conocieron a Richard Basehart (Ishmael), Edric Connor (Daggoo) y al propio Houston, pero Peck no aparecía. Y un día, sin pensarlo, nos encontramos con Gregory Peck en Las Canteras; vio a un grupo de niñas y se acercó. Nos tocó la cabecita: no nos la lavamos en tres días. Todas estábamos enamoradas de él, era guapísimo, amable, muy campechano y altísimo”.

La película se convirtió en la más taquillera de Estados Unidos en 1956.
Como dato curioso, en la película solo se muestran el mar, el cielo y el horizonte de Canarias; nunca se llega a ver tierra firme.
El rodaje de la película Moby Dick en la bahía de El Confital está considerado el hito cinematográfico más importante realizado en Canarias.
1955: Fragmento de la legendaria película Moby Dick en la bahía de El Confital. Fuente: Filmoteca Nacional (NODO) 🎬
El conocido y añorado boxeador “Carreta” trabajó en Moby Dick. Así nos relató estas anécdotas del rodaje:
“La noticia de que se iba a rodar una película en La Puntilla corrió como la pólvora entre la gente de La Isleta. Además, ¡iba a participar el famoso actor Gregory Peck! Imagínese usted cómo estaba todo el mundo.
En aquella época, las condiciones de vida eran bastante duras, por lo que todos los isleteros esperaban con ilusión ese acontecimiento tan inusual en la zona. La esperanza de ganar unas perras gordas ayudando en alguna labor del rodaje era el tema de conversación en todo el barrio.
Todavía recuerdo las grandes comilonas de Gregory Peck y sus compañeros en el merendero de ‘Juan Pérez’. Comían y bebían hasta saciarse, terminando cada jornada muy animados.
Por suerte, les encargaron a dos conocidos míos, ‘El Grandote’ y ‘El Chucho’, personajes muy populares en la Isleta de aquellos años, la compra del ‘engoo’, que usaban para atraer a las gaviotas hacia la zona de filmación de las escenas de caza de la gran ballena blanca. ‘El Grandote’ y ‘El Chucho’ salían en su barquilla desde La Puntilla y llegaban hasta El Confital, donde comenzaba su tarea de atraer a las gaviotas para crear el ambiente ideal que exigía el director. El ‘engoo’ que compraban era carne de primera calidad, un manjar prácticamente inaccesible para las humildes familias de la zona. Así que, aprovechando, repartían la carne entre amigos y familiares y, a las pobres gaviotas, les echaban restos de pescado.”
