Aridane Ávila
Hace tres años, en plena ebullición pandémica, escribí un artículo en este mismo espacio web que llevaba por título “Guanarteme, la oportunidad perdida”. No pretendí más que poner negro sobre blanco en una situación alarmante y que significaba no solo la pérdida de un barrio insigne de la capital, sino condicionar el futuro de la vida de miles de habitantes que desarrollarán su proyecto vital en un lugar oscuro, estrecho, sin zonas verdes y con un colapso generalizado a la vista.
Aprovechando una visita calle a calle, rincón a rincón, no solo he comprobado que las cosas no han mejorado, sino que todo ha ido a peor, a mucho peor.
Y especialmente hay que poner el foco sobre la mayor de las operaciones cometidas hasta el momento, el futuro Residencial Las Américas. El cierre de la calle Fernando Guanarteme es solo un paso más en un discutido Plan General de Ordenación, que permite que el barrio se siga congestionando, aumentando su gentrificación y perdiendo su ya frágil identidad.
Fadesa, Luzardo y el TSJC
Pero para entender toda esta operación, vayamos por pasos y pongámonos en contexto. Todo se remonta al año 2006 cuando la extinta inmobiliaria gallega Fadesa, anunció la construcción de una promoción de pisos en ese mismo solar entonces denominado “Gran Guanarteme“. Sería un residencial de alto standing que consistiría en más de 300 viviendas de entre 1 y 4 dormitorios repartidas en torres de 9, 10 y 13 plantas. Unas alturas bastante alejadas de las habituales en las calles del barrio costero.
Todo esto venía de dos años antes, cuando en 2004 y bajo mandato de Pepa Luzardo (PP), una modificación del Plan General de Ordenación permitió ese tipo de construcción en altura. En ese momento, Fadesa y otras constructoras vieron la posibilidad de convertir Guanarteme en la gallina de los huevos de oro. Pero la felicidad de los empresarios de la construcción duró más bien poco. La crisis inmobiliaria fue el primer golpe mortal, mientras que Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Canarias acabó de hundir el “Gran Guanarteme” cuando anuló el convenio que permitía esa construcción.
Esta chapuza del Ayuntamiento en el mandato de Luzardo provocó el pago por parte de la institución capitalina a Martinsa-Fadesa de 1.590.327,70 de euros tras ser anulado el convenio mencionado mediante sentencia del 23 de septiembre de 2008 por la Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJC.
En 2010 vendría el segundo gran golpe para la parcela del “Gran Guanarteme”. La Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJC anuló definitivamente el plan de las 13 plantas en parte gracias a la presión ciudadana liderada, entre otros, por la Asociación de Vecinos Mirador del Atlántico, y que cerró una carpeta que parecía nefasta para el barrio. No escatimó vocabulario el TSJC al considerar que el “interés privado” se anteponía al general y afirmando textualmente que “todo ello sin que haya ningún dato que revele si quiera una razón de interés público que inspirase la modificación operada“. Fue la cuarta sentencia que ganaron las vecinas y vecinos a operaciones urbanísticas ideadas en la etapa en la alcaldía del Partido Popular. Varapalo para la constructora y cierre en falso de etapa.
En 2011 y bajo gobierno del PSOE, hubo una nueva oportunidad para asimilar las alturas a las del barrio, pero el alcalde Saavedra hizo una tímida modificación. Dentro de las alegaciones presentadas al Plan General de Ordenación, bajó las plantas máximas a 10. La petición de las organizaciones vecinales era un máximo de 6 alturas, en consonancia a las construcciones del barrio, pero de poco sirvió el clamor vecinal y 10 fue el máximo permitido.
Llegarían aún años más duros de la crisis y eso aletargó una situación que aún sin resolver provocó ciertas tiranteces. Martinsa-Fadesa cayó en concurso de acreedores marcando récords con una deuda de más de 7.000 millones de euros y que desarbolaron cualquier capacidad de la constructora. Pero lo curioso es que aún desapareciendo del mapa, Fadesa seguirá en cierta manera presente en Guanarteme, como veremos más adelante.
El solar quedó en un parón que volvió a activarse en torno al año 2020, aunque después se demostraría que los movimientos venían desde algunos años antes. En septiembre del mismo 2020 el ayuntamiento socialista liderado por Augusto Hidalgo mostró su preocupación e incluso interés en comprar la parcela, debido al deterioro de la zona, pero la realidad es que no hizo nada.
HiperDino, SATOCAN y Miguel Ángel Ramírez
Nos tenemos que retrotraer a tres años antes, 2017, para ver que de manera indirecta, el gobierno socialista ya podría haber conocido las intenciones de un grupo insigne de empresarios canarios a aprovechar un solar clave. Es el 13 de febrero de 2017 cuando se conforma la sociedad limitada “Residencial Las Américas” que reza en su objeto social “Adquirir la parcela urbana sita en la rotonda Plaza de America en Guanarteme, Las Palmas de G.C…. y su posterior promoción, urbanización en dicha parcela de viviendas, residenciales, locales comerciales, oficinas y aparcamientos, para su venta.”
Para entender el entramado de intereses particulares, basta con observar quien forma parte del consejo de administración de la empresa que construye la actual promoción. Como presidente se encuentra el grupo DinoSol, que entre otras empresas tiene los supermercados Hiperdino, con Javier Puga al frente. La vicepresidencia es para el conglomerado de empresas (principalmente relacionadas con la construcción y el turismo) SATOCAN, en este caso con José Julio Artiles como miembro destacado. Su sede, para no dejar lugar a dudas, es el HiperDino de Miller Bajo en la calle Luis Correa Medina nº9.
Pero no son los únicos personajes insignes en esta asociación de empresarios. Llama poderosamente la atención la presencia como consejero, del Presidente de la UD Las Palmas, Miguel Ángel Ramírez. Con numerosos problemas con la justicia, MAR como se le conoce en el ámbito empresarial, intenta obtener ganancias con la citada promoción inmobiliaria. También llama la atención la presencia del empresario de origen sirio afincado en Tenerife, Amid Achi, que ha gestionado numerosos centros comerciales y franquicias en el archipiélago.
Margarita Cejas Hernández es otra de las personas importantes dentro de la sociedad. De carácter conservador tal como muestran sus retweets en su cuenta personal de Twitter contrarios a la Ley Celaa, o el apoyo a la bandera española en la camiseta de la UD en 2017, actualmente le da me gustas a la cuenta de Díaz Ayuso. Según la web de la Fundación Dinosol, ahora mismo es Directora de Asesoría Jurídica, Gestión Inmobiliaria y Expansión de DinoSol Supermercados, y secretaria de la Fundación DinoSol.
¿Y ahora qué?
Tras los años de luchas y esfuerzos vecinales, el poder de tal conglomerado empresarial y la ausencia de alternativas desde los diferentes ayuntamientos, ha dado lugar al actual problema Guanarteme. Un problema que tiene su gran expresión en las más de 460 viviendas que construirá Residencial Las Américas (recordemos que el proyecto de Fadesa planteaba unas 300, es decir 160 menos), pero que tiene realidades en algunos solares que ya sufren las consecuencias del PGO.
Como antes decíamos, Fadesa no ha desaparecido del todo de Guanarteme. La inmobiliaria Avantespacia, creada por el empresario gallego Manuel Jove, hijo del dueño de Fadesa, consiguió en 2018 la licencia para construir la torre de 9 plantas y 104 viviendas en la calle Castillejos nº95, al lado del Centro Comercial Las Arenas. Espacio comercial este, que comparte dueños (los Hermanos Domínguez) con DinoSol, mencionados anteriormente como mandos en jefe del conglomerado empresarial que está construyendo el Residencial Las Américas. Todo queda en pocas manos.
Jove vendió Fadesa a Martinsa en 2006 y a partir de ahí volvió a resurgir. Tiene más promociones en Las Palmas de Gran Canaria, que van a diferentes ritmos.
Si el edificio levantado en el solar que comentamos en la calle Castillejos ya es una realidad, otro que ha cambiado el paisaje de Guanarteme es el situado en la misma calle, haciendo esquina con Almansa. Una torre de 10 pisos que ha supuesto un gran impacto visual, fácil de identificar cuando se baja por la circunvalación desde el Hospital Dr. Negrín. A razón de esponjamiento y en compensación a tan elevada altura, se ha creado un pequeño corredor entre la calle Vergara y Castillejos que contiene la friolera de 3 árboles. Una ridiculez.
Otra realidad es también el edificio ya levantado en las antiguas Cuarenta Casas. Allí ya hay nada más y nada menos que 7 plantas y numerosas viviendas. Un poco más alejado de la base de todos los problemas en el barrio, pero con idéntico procedimiento. Donde antes había dos plantas, ahora hay siete. Con el derribo de las características casas de estilo inglés, destinadas a familias obreras, también se fue en parte la esencia e historia del lugar.
Y un melón aún por abrir, pero no demasiado lejano en el tiempo es la prolongación de Mesa y López. El ex concejal de Urbanismo, Javier Doreste, afirmó en mayo de 2022, y en la presentación de la aprobación del sistema de compensación que está permitiendo ejecutar la construcción de las más de 400 viviendas del Residencial Las Américas, que la operación para seguir abriendo Mesa y López no se concluiría hasta el mandato que ahora acaba de comenzar.
Para ello habrá que seguir llevándose por delante casas y más casas, para dar lugar a edificios de hasta 10 plantas. Si antes hablábamos del impacto visual que ya supone alguno de ellos, cuando empiecen a juntarse torres, prácticamente será imposible ver el mar desde ciertas zonas.
El problema sigue creciendo, y no tiene solución
“Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”. Es una parte de la canción “Sinceramente tuyo” de Joan Manuel Serrat, pero bien puede aplicarse a como está quedando Guanarteme.
Sin parques planificados (ni espacio para hacerlos en un futuro), sin buenas vías de comunicación, con un transporte público asfixiado en calles estrechas y sin posibilidad de un aparcamiento ordenado de vehículos, entre otros problemas. Vías sin árboles, aceras sin bancos o problemas en la red de saneamiento y alcantarillado son situaciones actuales que se verán incrementadas por 400 con la llegada de la nueva promoción de los empresarios canarios. Y eso sin olvidar el gol que ha supuesto el incrementar en 168 viviendas el proyecto inicial de Fadesa al actual.
Pero llegados a este momento conviene mirar a dos lados principalmente. Primero a los diferentes gobiernos municipales de diversos colores políticos, que han tenido mucha facilidad para permitir construcciones desproporcionadas, pero no tanta agilidad para diseñar zonas verdes, o recursos como centros de salud entre otros. En definitiva diseñar un barrio en el que se pueda vivir, y no solo construir.
Pero también conviene pensar, que si estos edificios se están construyendo, en particular en el caso de Residencial Las Américas, es porque un grupo de empresarios insignes canarios, algunos de ellos hijos predilectos de la ciudad, pretenden ganar dinero a costa de destruir un barrio. De hacer que gente salga de sus casas, para poder desarrollar a partir de la venta de ladrillo, un beneficio privado que siempre está por encima del público.
Tal vez convenga pensar también, que cuando compramos comida en alguno de sus supermercados, ropa en alguna de sus tiendas, paseemos por alguno de sus centros comerciales, o nos abonemos al equipo de fútbol de su propiedad, estamos contribuyendo a la destrucción de Guanarteme.
Los graffitis, en ocasiones son de los pocos espacios participativos y contestatarios que el actual sistema ofrece. Y si uno juega con Google Street View, puede analizar que la lucha viene de lejos, allá donde ha podido actuar. En noviembre de 2008, el ya desaparecido número 59 de la calle Almansa, tenía una pintada en su blanca pared que rezaba: “Fuera especuladores del barrio”. Hoy a apenas 120 metros, delante de la torre de 10 pisos en el número 21 de la calle Vergara, un muñeco que antiguamente representaba a los chocolates “Conguitos” hace un juego visual y de palabras que conservando al muñequito pone: “Proscritos”, que según la RAE quiere decir “echar a alguien del territorio de su patria, comúnmente por causas políticas”. Hermosa, sabia y reveladora muestra de la cultura popular.
Y lo es más aún si seguimos usando esa herramienta de Google, y vemos que en diciembre de 2018 donde ahora está el “Proscritos”, había un graffiti que claramente ponía: “Guanarteme para vivir, no para especular”. Y aunque la única lucha que se pierde es la que se abandona, de momento parece claro quien está ganando la batalla. Y como decía un expresidente del Estado español, ni están en desiertos remotos, ni en montañas lejanas.
Aridane Ávila es Educador Social, Máster en Intervención Social y Comunitaria con especialización en Psicología Social. También acumula más de 18 años de presencia en medios de comunicación.
Foto: obras en Guanarteme (AAVV La Barriada de Guanarteme y Chile).
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Comentarios
Patricio:
La unión hace la fuerza. Nos vamos a quedar parados porque ya no hay solución? Tiene que haber más presión popular, si ya no se pueden parar ciertos proyecto por lo menos proponer un plan de mejora en paralelo con los proyectos actuales. Por ejemplo el crecimiento vertical debe ir acompañado de un mayor espacio urbano, más árboles, más zonas verdes. Debe unirse a la causa un arquitecto que haga propuestas y se una a la asociaciones vecinales para presionar a los Ayuntamiento que solo buscan beneficios al permitir esas horrendas construcciones.
Francisco Marrero:
Acertado análisis. Tenemos una clase dirigente que obedece a dos tipologías. Una es la que llega al poder con planteamientos alejados de la realidad( Metro Guagua), y otra que ya tiene las intenciones en al ADN del programa y sus acciones las cuales se orientan a modelos especulativos y sin visión de ciudad. Es la historia de esta ciudad. Grandes oportunidades perdidas. Solo hay que ver las dos entradas a la ciudad, dan pena. Como siempre Tino Armas habrá que velar todavía más por el único espacio que fue dado a la ciudad “gratis”. La configuración del istmo y la Playa de las Canteras necesitan todavía más blindaje por parte de la ciudadanía, ya que la política es pura suerte.