A pesar de no recibir su dosis de pan diario durante las semanas de confinamiento el manterío de sargos sigue merodeando el entorno de El Peñón.
La impresión a simple vista es que están más delgados y que hay menos.
Alimentar con pan a los peces y a otras especies es una mala práctica que desequilibra la cadena trófica.
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