El tamboril o pez globo es uno de nuestros peces más queridos. Frecuente sobre cualquier tipo de fondos, era un asiduo de nuestros desaparecidos sebadales.
Con la cabeza grande, nada utilizando sus aletas pectorales. No tiene escamas, su cuerpo está recubierto de espinas, útiles para cuando se infla, al defenderse, convirtiéndolo en un pez globo lleno de espinas. Puede llegar a medir 20 cm.
Se alimenta de moluscos, crustáceos y algas.
Los antiguos pescadores de caña de Las Canteras tenían la fea costumbre de cuando pescaban alguno lo inflaban soplándolos por la boca, cual sopladera.
[su_box title=”Aviso importante ” box_color=”#ffffff” title_color=”#0d0c0c” radius=”0″ class=” “]Es una especie que al ser consumida puede tener consecuencias negativas para la salud humana dado que podría tener la presencia de una toxina nociva, la tetradotoxina (TTX). Los efectos suelen ser graves, tales como fallos respiratorios, cardiacos o renales. La intensidad de los efectos negativos dependerá de la cantidad consumida y de la persona que la consuma. Según algunos estudios científicos la toxina parece estar asociada a unas bacterias que el pez a través de la ingestión las adquiere en un primer momento por lo que no todos los ejemplares de esta especie la tienen asociada. Actualmente no existe antídoto y dado que la toxina es incolora, resistente al lavado y la cocción, y la congelación no anula sus efectos, la única manera de prevenir la intoxicación es evitar su consumo. Cumpliendo con la normativa europea esta especie no se puede comercializar por lo que no llegará al consumidor. No obstante, el pescador recreativo deberá estar informado para en caso de pescarlo, no consumirlo.[/su_box]