“Necesito el mar porque me enseña.”. Pablo Neruda

Viernes: aviso naranja por costeros (oleaje) y aviso amarillo por viento.

Ruta arquitectura moderna y contemporánea de La Isleta- El Puerto- Las Canteras

Ruta  Arquitectura 

La arquitectura  moderna y contemporánea constituye una parte fundamental del patrimonio cultural de Las Palmas de Gran Canaria de los siglos XX y XXI. Desde mediados de los años veinte, con la figura de Miguel Martín-Fernández de la Torre, la arquitectura moderna penetra en la ciudad y en el Archipiélago, en conexión directa con sus principales focos europeos, y adquiere aquí acentos específicos. La herencia moderna, releída, reformulada, reivindicada o contestada a lo largo de las últimas décadas, está presente en la arquitectura contemporánea realizada aquí.

ACONDICIONAMIENTO DE LA PLAYA DE EL CONFITAL

En una zona en un margen de Las Palmas, la playa de El Confital, la intervención de Carmelo Suárez Cabrera y Antonio Suárez Linares se resume en dos operaciones: limpieza y adaptación respetuosa a la naturaleza. Para ello ambos arquitectos crean un recorrido conformado como secuencia de espacios que invita al baño solar y marino, la contemplación del paisaje y el recogimiento. El itinerario comienza con una pasarela en un cantil muy vertical, que incluye un mirador en un resalte, y se prolonga en una línea de tarimas de madera de pino tratada. La zona intermedia se reserva para la recuperación de la flora autóctona, y en el tramo final una curva rematada por una plaza de piedra ofrece un hermoso panorama de la ciudad.

IGLESIA DE SAN PEDRO

Situada en el barrio de La Isleta, en las inmediaciones de La Puntilla, la actual Iglesia de San Pedro se levanta sobre el solar de un templo anterior erigido aproximadamente en 1915. José Sánchez Murcia la construyó bajo el influjo de la arquitectura brasileña de los sesenta, patente especialmente en la celosía de hormigón. Ésta da evanescencia a la separación entre el exterior y el interior y durante el día inunda este último de luz puntiforme. De especial relevancia es la torre del campanario con reloj, un hito que añade espesor a la identidad de la zona, y cuya contemplación resulta especialmente sugerente desde la cercana playa de Los Nidillos.

PASEO MARÍTIMO LA PUNTILLA-EL CONFITAL

El Paseo Marítimo La Puntilla-El Confital recuperó un sitio borrado de la memoria de Las Palmas, pues esta costa escarpada carecía de recorrido junto al mar. La intervención paisajística se adapta armónicamente a la naturaleza, propicia la contemplación y disfrute de roques y caletas, abre La Isleta a esta parte de su costa sin que pierda carácter urbano, y conecta dos espacios centrales en la imagen de la ciudad: la Playa de Las Canteras y El Confital. La anchura del recorrido varía para crear una secuencia de espacios y los muros giran. Una línea de focos encastrada en los mismos ilumina de noche los rompientes de las olas.

REHABILITACIÓN DEL CASTILLO DE LA LUZ

El núcleo más antiguo del Castillo de La Luz lo constituye un pequeño torreón construido a fines del siglo XV y ocultado pocos años después por la ampliación que le dio su estructura definitiva a la fortificación. Pensada inicialmente para convertir el castillo en museo del mar, la intervención de Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano recupera la visión del torreón, incorpora pasarelas ligeras, escaleras y un ascensor y crea además un pabellón semienterrado que aprovecha el desnivel producido por el crecimiento de la ciudad. El Castillo de La Luz, la más emblemática de cuantas fortificaciones se conservan en Gran Canaria, ha sido objeto de ataques piráticos. Desde 2015 es la sede de la Fundación Martín Chirino.

PLAZA Y TORRE WOERMANN

La Torre Woermann se levanta como un referente paisajístico en el istmo de Santa Catalina, uno de los puntos más sensibles de la geografía de Las Palmas. Integrado por un bloque de viviendas y otro de oficinas, separados por una plaza realizada en colaboración con el artista Albert Oehlen, los motivos de algas verdes sobre sus vidrios simulan la ascensión del edificio desde el océano. La Torre Woermann culmina con un remate inclinado que hace un saludo cortés a la torre del Hotel AC, asentada con anterioridad en el istmo, y con la que, inevitablemente, tiene que estar en armonía.

HOTEL CRISTINA

Mediante el ritmo del diseño Manuel Roca convirtió al Hotel Cristina en uno de los referentes constructivos del paisaje de la playa de Las Canteras. Sobre el basamento de dos plantas del edificio, que ocupa toda la manzana, el cuerpo de habitaciones se presenta en la fachada como un objeto cristalográfico. Este diseño modifica su percepción en función de la posición del observador y cambia con el movimiento del mismo. En el espacio de cubierta entre el basamento y el cuerpo de habitaciones, una amplia terraza ajardinada con piscina hace el efecto de que la playa penetra en el hotel.

HOTEL AC

Erigido en un pequeño solar en las inmediaciones del Parque Santa Catalina, el Hotel AC es un hito en el paisaje urbano de Las Palmas. Su planta configura un polígono de dieciséis lados que conforma igualmente el motivo expresivo predominante en sus detalles constructivos y sus acabados. En el exterior, el proyecto enfatiza mediante hormigón visto los diferentes elementos de fachada en un modelado que potencia el efecto de las sombras y le hace parecer a distancia un tronco de palmera. Esta torre de 26 plantas funciona a modo de linterna cuya cabeza se ensancha en los niveles 23 y 24. La planta 25 se retranquea del plano de fachada y las vigas radiales salen en voladizo como si fueran haces de luz.

EDIFICIO ALBARBAO

El Edificio Albarbao se levanta en una manzana entre las calles Albareda, Eduardo Benot, Alfredo L. Jones y Padre Cueto. Concebido para acoger la sede central del Banco de Bilbao y aprovechar la edificabilidad sobrante para la construcción de viviendas colectivas, la actividad bancaria, a la que se accede por la zona sur de la calle Albareda, se sitúa en las dos primeras plantas del solar. Las viviendas se encajan en el frente de levante y las calles laterales, mientras el sector de León y Castillo se destinó a oficinas. Las placas de aluminio de textura graneada color Burdeos, que contrastan con las superficies acristaladas, le añaden singularidad.  

HOTEL CONCORDE

Pese a la estrechez de la calle Tomás Miller, a la que da la fachada principal, Salvador  Fábregas hizo que el Hotel Concorde captase la atención del viandante mediante la estructura cambiante de las plantas. Los grandes pilares palmeriformes de las dos plantas bajas permiten la disposición de espacios abiertos, dotados de locales comerciales con amplios paños acristalados. La estructura de los cinco niveles de habitación está formada por un cajón sobre muros de carga, en tanto que en la zona de cubierta se recupera la planta libre en forma de estructura metálica para alojar en ella el restaurante y la piscina.

CASA EN PLAYA CHICA

Esta vivienda emerge entre las fachadas de una casa de trazas coloniales inglesas construida en Playa Chica a principios del siglo XX. El nuevo cuerpo inserto en la piel antigua evoca elementos desaparecidos de la vivienda preexistente, como los volúmenes forrados de aluminio naval que se elevan por encima de la línea de cornisa, y que se configuran como observatorios hacia el horizonte marino y hacia el extremo occidental de la bahía. Los balcones, realizados con un vocabulario contemporáneo, disponen de grandes cristaleras que permiten atrapar el paisaje oceánico en el interior. El zócalo de aluminio de aleación naval refuerza la ilusión de emergencia de la casa desde las profundidades del Paseo de Las Canteras.

APARTAMENTOS EL CHARCÓN

Probablemente su función turística, que la convertía en construcción secundaria desde los parámetros al uso, permitió a José Sánchez Murcia recuperar en los Apartamentos El Charcón formas del expresionismo, reprimido entonces por la ortodoxia arquitectónica moderna. Así, los cuerpos cilíndricos le dan a la fachada un aspecto hinchable, mientras que el trencadís policromado trae ecos de Gaudí, también ignorado por la modernidad hegemónica. La inclinación hacia atrás de la fachada responde a una norma municipal, impulsada por el propio Sánchez Murcia, para evitar que los edificios en primera línea del paseo proyectasen su sombra sobre el mismo y sobre la playa de Las Canteras.

CASA DEL MARINO

Tras el paréntesis de posguerra, Miguel Martín hace con la Casa del Marino una aportación decisiva a la recuperación de la arquitectura moderna en las Islas que había iniciado él mismo. De escala y longitud considerables, abarca un tramo importante del frente marítimo de Las Palmas, el edificio, en línea con la modernidad de los sesenta, configura un programa de usos diversos –asistencial, hotelero, docente, representativo, junto a locales comerciales, viviendas y apartamentos- que se organiza mediante agregación de bloques. La composición del conjunto se resuelve mediante el grácil quiebre de la fachada, la plaza triangular hacia la calle Albareda y la imponente torre.

CLUB NÁUTICO

Situado entre la Base Naval y la Playa de Las Alcaravaneras, el Club Náutico está construido como un pabellón, lo que hace que su estructura sea especialmente visible. Mediante cerramientos con grandes paños de cristal, Manuel de la Peña provocó que, en razón de la distinta intensidad lumínica, el edificio resulte oscuro desde el exterior pero luminoso y abierto desde el interior, tal que una máquina para mirar desde adentro hacia afuera. Dispuesto en dos plantas con terraza, en la fachada de Alcaravaneras el Club se abre hacia el paisaje marítimo con un extremo que se prolonga hasta la línea de costa.

MERCADO CENTRAL

Joan Margarit i Serradell se hace eco en el Mercado Central de la arquitectura brasileña coetánea y ello se traduce en su dimensión expresiva, que anuncia en Las Palmas una fase de avanzada de la ortodoxia moderna, al tiempo que prefigura la crisis de la modernidad misma y la irrupción, años después, del posmodernismo. La poderosa luminosidad natural del interior, lograda mediante una fachada que en buena parte es pura ventana, es una de estas resonancias brasileñas. La otra es el vigoroso arco de la entrada, que parece trasladado directamente del dibujo al espacio y que Joan Margarit i Consarnau, arquitecto, poeta e hijo de Margarit i Serradell, refiere en los versos de “Arquitecto en Las Palmas” como “el arco enorme, en calma, del mercado”.

EDIFICIO COINSA

El retranqueo en la línea de fachada de este edificio busca quebrar el efecto de calle corredor de Néstor de la Torre. Una vez que ha realizado esta operación, el arquitecto hace que las terrazas recuperen la alineación de la vía mediante grandes voladizos, que en algunos casos alcanzan tres metros. Mediante este procedimiento Luis López Díaz incorpora además un juego de luces y sombras que se inscribe en la tradición secular de la arquitectura de las Islas. La evitación de la fachada plana, su dinamismo, adquiere un carácter urbano más allá de su propia condición de edificación, que rompe la monotonía de la calle y otorga singularidad a esta parte de la ciudad.

EDIFICIO ABANIKO

El edificio Abaniko dibuja un arco entre la Avenida Mesa y López y la calle Olof Palme en el que el detalle resulta fundamental en la percepción del conjunto. Pedro Massieu definió el nivel de sus plantas mediante dos cintas paralelas de hormigón que remarcan el perfil ondulante de la fachada. Este uso del hormigón visto contrasta con el revestimiento de hiladas de callaos de playa dispuestos horizontalmente. Estos otorgan a la construcción un contrapunto de levedad frente a la pesadez de las cintas de hormigón, proyectan una sombra difusa en ella y además evocan el cercano paisaje de la costa.

EDIFICIO YAIZA

Promovido por la Cooperativa de Productores Taxistas de Las Palmas de Gran Canaria, motivo por el que esta construcción es conocida popularmente como “Torres de los Taxistas”, el Edificio Yaiza está constituido por tres torres que se distinguen entre ellas por su número de viviendas por planta. Esta diferencia se manifiesta en las fachadas de tal forma que la posición de los balcones cambia en los distintos niveles. La continuidad de los frentes termina de quebrarse porque, con el propósito de crear espacios comunes para los propietarios, José Luis Jiménez dejó una de las plantas diáfana y sin cerramientos exteriores.

CENTRO DE SALUD EN GUANARTEME

El solar al que se destinó este edificio era un talud en ladera que ocupaba el extremo del barrio de Guanarteme colindante con los túneles de la Autovía del Norte. El Centro de Salud completa este sector, configurado mediante un escalonamiento de edificaciones, y se organiza a partir de un núcleo donde se ubican la entrada principal y el área de administración. Transversalmente se disponen varios cuerpos edificados con zonas ajardinadas que se adaptan al terreno. La estructura del edificio es de hormigón armado y la fachada tiene un sistema de protección climática hecho con paños vidriados, celosías y persianas orientables.

AUDITORIO ALFREDO KRAUS Y PLAZA DE LOS JARDÍNES DEL ATLÁNTICO

Con aspecto de una fortaleza que remata el extremo noroeste de la playa de Las Canteras, destacan en este edificio la gran celosía de la entrada y su interior. La visión del océano se puede disfrutar desde muchas partes del Auditorio, entre ellas desde el gran ventanal situado tras el escenario. Las esculturas de criaturas marinas realizadas por el artista Juan Bordes envuelven el conjunto en una atmósfera mítica, mientras que, entre el edificio y la playa, la Plaza de los Jardínes del Atlántico, realizada por Óscar Tusquets y Bet Figueres, conduce el tránsito entre lo natural y lo construido.

GRADERÍO AL MAR

Las olas que provienen del Atlántico Norte golpean con fuerza esta parte de la costa, ocupada anteriormente por factorías de pescado. La escollera, muy horizontal, construida con grandes piedras volcánicas, avanza notoriamente en el mar y provoca que las olas lleguen rotas a esta parte del paseo, en una cota más baja que el resto del entorno construido. El graderío de hormigón invita a la contemplación del paisaje oceánico y al deleite con el espectáculo de los surfistas que cabalgan sobre el agua en movimiento. La contundente intervención integra el proceso erosivo como participación de la naturaleza en la generación de su propia forma.

Selección, textos y fotos: Mariano de Santa Ana

 

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