“Necesito el mar porque me enseña.”. Pablo Neruda

Viernes: aviso naranja por costeros (oleaje) y aviso amarillo por viento.

Aquella mañana de septiembre del 2014 por Juan Boza Chirino

Aquella mañana, el oleaje ere bravo. Las olas rondaban los dos metros de altura a poca distancia de la orilla. Lucían unas crestas que el viento al soplar en contra incidía en la parte más frágil de la cresta levantando de forma caprichosa ciento de gotas desplazándolas en el sentido contrario .La energía del mar se percibía transformándose en belleza. Seguían un ritmo. Entre la venida de dos o tres olas como si esperaran a reforzar la energía perdida en la anterior acción del mar al invadir la playa. Rompían a pocos metros de la orilla produciendo un efecto sonoro muy característico como el chasquido de cientos de bolsas que dejan escapar el aire de su interior arrastrando con más fuerza el agua .El impulso extiende el agua llenando huecos entre las rocas o simplemente removiendo la arena que encuentra a su paso incluso desplazándola para dejar al descubierto nuevas rocas o dejando sin ningún tipo de orden trozos de pequeñas piedrecillas que complementan el sonido comentado.

A medida que la ola perdía fuerza en su desplazamiento limitada por un cordón blanquecino y emprendía su regreso arrastrando parte de las piedrecillas he incluso cantidades de arena poco común. En esos momentos hay unos instantes de placidez, la ola cumplió y regresa parte de ella va quedando absorbida por la porosidad de la arena o en los pequeños charcos .Pero algo ocurre, otra ola comienza el ciclo y así una y otra vez mientras dure la pleamar.

Las pleamares de estos dos últimos días han sido muy enérgicas, de tal forma que ha ido quedando al descubierto un subsuelo formado por unas rocas fijas de color rosado y de formas caprichosas poco comunes que aparecen cuando se dan y combinan tal vez unas circunstancias naturales: fuerza del mar, dirección del viento, tipo de corrientes marinas.

Había pasado muchos años que la playa a la altura de Punta Brava y alrededor de la peña conocida como la Resbaladiza presentara este aspecto tan abstracto.

Recuerdo y de esto hace unos setenta años la zona descubierta alcanzo desde la calle Galileo hasta casi donde estaba la fábrica de la luz la CICER. Entonces era más abrupta la playa por esa zona Habían muchas rocas y piedras que se cubrían y descubrían de arena según las mareas. Era un lugar muy atractivo para mariscar, sobretodo coger unos caracoles llamados burgados, lapas y algún pulpito .entre la CICER y el Puertillo que por aquellas fechas no existía Comento cuando el paseo de Las Canteras solo llegaba hasta el muro de Marrero (playa Chica) Antes de ser paseo de las Canteras fue calle de Las canteras y ahora es Avenida de las Canteras.

Juan Boza Chirino

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