Darle la Bandera Azul al Confital, aunque sean solo los meses de verano, no le da mucha credibilidad a la Fundación Europea de Educación Ambiental, organismo que las reparte, y es que no debe haber una playa en Europa más anárquica que la playa confitalera, y es una pena.
Es increíble como se “permite lo que se permite” en un espacio tan delicado y maravilloso. La culpa no es solo del Ayuntamiento que no espabila ni se atreve a ordenar y gestionar este espacio para definir sus usos, sino también de nosotros los ciudadanos que no somos concientes de que una playa no puede ser un merendero donde todo vale, un camping de “enserados”, o un parque, sin condiciones, para llevar nuestros fieles perros.
Es verdad que en el pasado al Confital iba la ciudadanía a realizar sus tenderetes, pero esto no quita que en los tiempos actuales se puedan realizar. Recordar que en la playa de Las Canteras antes se permitían casetas donde se comia, etc, etc…, pero los tiempos cambian y el cuidado ambiental del frágil lugar debe de primar por encima de todo. Hay unas Ordenanzas Municipales sobre playas que hay que cumplir por el bien de todos.
Que pensar de una playa con Bandera Azul donde se permiten realizar asaderos y paellas en su orilla, donde los perros deambulan sin que el espacio este preparado para atender sus necesidades. Dejando que el trafico de coches llegue a la orilla, que se permitan fiestas de noche. Donde durante 10 meses del año no hay socorristas que vigile a sus bañistas y surfistas, que no haya accesos a los lugares de baños de mar para personas con discapacidad física, sin baños públicos, etc.
El Confital no se merece esta Bandera Azul. El Confital debería merecerse lo mejor, ser un espacio increíble, un parque marino ordenado y único, pero mientras los ayuntamientos lo traten como lo han tratado hasta ahora solo será un descampado polvoriento donde nosotros nos conformaremos con realizar un tenderete chapuza y pasear clandestinamente nuestro perro.
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