El día once de julio de dos mil siete, hace ahora justo un año, y durante el izado en Las Canteras de la bandera azul europea de calidad medioambiental, el entonces recientemente elegido alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, don Jerónimo Saavedra, y el concejal de Playas, don Héctor Núñez, acaso borrachos de poder, se comprometieron a luchar por conseguir la bandera azul también para la playa de Alcaravaneras en el dos mil ocho, o sea este año. Tal anuncio, la verdad, a mí me dejó tan asombrado como ilusionado, ya que no se me esconde –ni a ustedes tampoco- las dificultades que este objetivo entraña a la vez que entiendo que sería algo maravilloso. Pues bien, la deseada bandera no se ha conseguido, como cabía esperar siendo realistas.
Alcaravaneras, que es una excelente playa urbana sacrificada por el desarrollo del puerto y “víctima” en cierto modo del prestigio de su hermana mayor Las Canteras, merece que se luche por ella. El Ayuntamiento ha cambiado la barandilla, instaló la rampa para personas de movilidad reducida y una caseta balneario en medio de la playa. En cuanto a la calidad de sus aguas, asunto capital para que la bandera azul ondee allí, el concejal en primavera declaró que los análisis “dan resultados bastante positivos”. También se habló de cambiar la “señalética”. Con todo, no ha podido ser. Y es que una playa con un muelle enfrente donde se mueven miles y miles de contenedores, con veleros de todo el mundo fondeados y un trozo de muelle flotante que nadie usa ni retira así como un paseo en estado lamentable, casi de abandono, igual que los locales, difícilmente puede conseguir la bandera azul.
En Alcaravaneras se han ejecutado este año algunas actuaciones de mejora, está claro, pero que son todavía insuficientes. Por eso el Ayuntamiento debe explicar a los ciudadanos por qué no se ha conseguido la bandera y si se va a mantener en el empeño de conseguirla para el próximo año dos mil nueve.
¡A por la bandera azul 2009!
Luis del Río García.
En Alcaravaneras, a 13 de julio de 2008
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