Con sus generosos tres kilómetros de longitud, la playa de Las Canteras es, sin duda alguna, una gran playa urbana. El actor americano Jeff Daniels, galardonado con la Lady Harimaguada de Honor, ha mostrado su admiración porque en California no hay una playa igual. Rubia, cálida y con curvas, es la reina de la ciudad. Al contemplar su largura desde uno de los ventanales del Auditorio Alfredo Kraus nos invade un sentimiento de asombro y la vista nos pide una playa en El Confital.
Con todo, la playa ya va quedándose chica, toda ella, en el verano, tal es la población de la ciudad (unos cuatrocientos mil habitantes, sin contar turistas) y la justa afición al baño playero de los ciudadanos. Prueba, por ejemplo, de que la playa se nos hace pequeña en verano son los roces entre los amantes de tomar el sol y los seguidores del deporte rey y demás pelotas.
Por ello con vistas al futuro inmediato no estaría mal prolongarla, hacerla más larga y grande. Y ¿cómo? Pues haciendo una playa en El Confital –nudista o textil- , si es que esto es técnicamente posible.
Posible y adecuado para el ecosistema de la bahía y para el cambio climático que dicen que se avecina. La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, afirma que las playas canarias retrocederán cincuenta metros.
Por otra parte, parece ser que el problema de acumulación de arena radica en el fondo marino, no en la costa. Si esto es así –de lo contrario, corríjanme, por favor- la posibilidad de hacer una playa de arena en El Confital con la arena que ya se está acumulando allí y con la que se extraiga de Las Canteras este año debería tenerse en cuenta. El propio Director General de Costas, el señor Fernández, ha declarado algo que me parece interesante para este tema: “Los estudios demuestran que la acumulación de arena que se produce en la zona de El Confital no será eterna y tampoco es tan perjudicial y que se deposita en el frente de playa y no en los fondos.”
En conclusión, a mí me parece que El Confital es el espacio natural para ampliar la playa de Las Canteras.
Luis del Río García.
En el A.A.K., a 9 de marzo de 2008
