“Necesito el mar porque me enseña.”. Pablo Neruda

Viernes: aviso naranja por costeros (oleaje) y aviso amarillo por viento.

¿ Hacia un modelo de autogestión en los parques?.

Foto: Uno de los actos reivindicativos organizados por los vecinos para demandar que el parque “Pino Apolinario” fuera un espacio publico.

Leí hace tiempo en un periódico local, una noticia que me dejó estupefacto. Me refiero a la visita de la entonces alcaldesa de Las Palmas a un colegio de la capital como consecuencia de la protestas de los vecinos. El motivo es que desde un solar colindante un grupo de adolescentes se dedicaba a tirar piedras y basura al Centro escolar. En dicho solar se diseñó en su día un parque, actualmente abandonado.

La alcaldesa, según la noticia, se limitó a decir que no tenía dinero, que el vallado del Parque tampoco resolvería el problema, porque botellón hay en todas partes, que si el lugar está sucio es porque la gente es un poco cochina y que el problema de seguridad deberían contárselo al Delegado del Gobierno.

El problema de los parques de la capital es parecido en muchos barrios. Se inauguran a bombo y platillo y al cabo de unos meses o años el deterioro es absoluto. Mobiliario urbano destrozado, jardinería inexistente, vagabundos y delincuentes campando por sus anchas, botellón etc. Excepto en algunos parques emblemáticos donde se hace un mantenimiento decente, en el resto la desidia es la tónica habitual.

¿Hay solución a este problema? Existen dos factores que podrían resolverlo:

– Si el Ayuntamiento asumiera sus responsabilidades y entendiera que no sólo hay que inaugurar parques sino mantenerlos habríamos avanzado bastante. Aún así, el problema no se resolvería.

– El otro factor que nos falta es la educación ciudadana en el medio ambiente. No es de recibo los destrozos que se producen en cualquier espacio de ocio público, ni los papeles o colillas que se tiran al suelo, ni el uso indiscriminado del botellón o la música a todo volumen.

Mientras que la actuación municipal tiene solución a corto plazo, el tema de la educación cívica requiere medidas que obtendrán resultados a medio y largo plazo. Y es un tema que no se va a resolver solo con campañas institucionales sino desde dentro de la propia familia o del barrio.

Les voy a contar una tercera vía intermedia que, para sorpresa de propios y extraños, ha funcionado en esta ciudad y en un plazo muy corto de tiempo. Me refiero al Parque Pino Apolinario en el barrio de Guanarteme.

Historia de la gestación de un Parque autogestionado

A principios del año 2000 se cerró el edificio de la calle Portugal que albergaba la Antigua Escuela de Artes y Oficios. Durante cuatro años permaneció abandonada por su propietario, la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias. En ese periodo los gatos, ratas y okupas ocasionales se hicieron dueños del lugar haciendo que la calidad de vida de los vecinos sufriera una gran merma, por los hedores insoportables, los cristales rotos, incendios provocados y la decadencia general del edificio.

A mediados de 2004, La Asociación de Vecinos Peña La Vieja decidió hacer suya la batalla por convertir el solar en un espacio público, que hiciera posibles las demandas de los vecinos, ante la carencia de espacios de esparcimiento en el barrio.

A través de su página WEB, con continuas notas a la prensa, e incluso con manifestaciones multitudinarias, se consiguió que los vecinos empezaran a unirse y a pensar que valía la pena luchar por algo juntos. Al mismo tiempo se empezaron a ver signos de nerviosismo entre los políticos.

Sorprendentemente a finales de Octubre de 2004 y debido a la presión vecinal el Ayuntamiento procede a derribar la Escuela de Artes, El futuro del solar se presentó sombrío, el Ayuntamiento no podía hacer nada ya que el propietario era el Gobierno de Canarias, y su propuesta consistía, dejando el solar como estaba, en permitir aparcamientos con vigilante o colocar una serie de bolardos para impedir el acceso a los vehículos. En ambos casos las palmeras, que milagrosamente habían sobrevivido durante todos esos años, serían trasplantadas y el resto de los árboles derribados.

Los vecinos optaron por una tercera vía: hasta que no se solucionase el traspaso de la titularidad había que luchar por un Parque Público provisional vallado. Como consecuencia de ello se celebraron en el solar diversos actos reivindicativos, para presionar a ambas administraciones, Ayuntamiento y Gobierno de Canarias a llegar a un acuerdo.

Por fin a finales de 2004 Patrimonio anuncia la construcción de un parque vallado, mientras se decide la posible transferencia del solar al Ayuntamiento. Este, por su parte, se comprometía al mantenimiento y cuidado del Parque Doña Pino Apolinario (pues así lo bautizaron los vecinos, en reconocimiento a la benefactora que donó en su día el solar al Gobierno central para su uso social).

Las Obras del Parque se terminaron en Abril de 2006. El acondicionamiento del solar fue mínimo, sin farolas, bancos, riego ni plantas, únicamente respetando los árboles ya existentes y el resto picón.

En Agosto del mismo año se hace pública una orden firmada por el entonces Consejero de Economía y Hacienda José Carlos Mauricio en la cual se autoriza al Ayuntamiento de Las Palmas la ocupación temporal, por un periodo de dos años, del Parque Público.

Ante la negativa del Ayuntamiento a recepcionar el Parque “de cualquier manera y hecho un asco”, los vecinos decidieron tomar la iniciativa.

Durante los siguientes meses empezaron primero arreglando las puertas dañadas para poder cerrar por la noche y evitar el deterioro del lugar. A continuación, poco a poco fueron dotando de vegetación toda la zona de picón, con riego por “garrafeo”, es decir, a garrafa limpia. Otro vecino aportaba piedras, otro tierra vegetal, otro cerraba la puerta todas las noches etc. y así poco a poco sin prácticamente ayuda de ninguna institución se fue gestando un parque vecinal que sin duda es el mas original de cuantos hay en la ciudad de las Palmas, un parque prácticamente libre de mendigos, no por la nula presencia policial sino por la acción disuasoria de los vecinos.

Y aquí concluyo esta historia que, “de momento”, y gracias a la acción vecinal, ha tenido un final feliz. Recientemente el Ayuntamiento ha instalado un miniparque infantil en un extremo del Parque, también se ocupa de las tareas de limpieza y, unos cuantos vecinos, con gran esfuerzo por su parte, se ocupan del cierre diario y del riego y mantenimiento de la vegetación, que es un auténtico vergel.

Y digo “de momento” porque la orden en la que se concedía la autorización de uso al Ayuntamiento era solo por dos años y en precario, es decir, siendo revocable en todo momento por el legítimo propietario del solar, el Gobierno de Canarias.

La intención del Gobierno era darle a la parcela un uso sociosanitario a largo plazo, pero dejando la puerta abierta a un aparcamiento subterráneo de dos plantas con una plaza de cemento en superficie sin árboles, al estilo de otras partes de la ciudad, opción preferida en su día por el Ayuntamiento, dado su mínimo mantenimiento y máxima rentabilidad.

Federico Izquierdo.

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