La historia tiene eso, la renovación. El hombre tuvo la buena idea de introducir en el diccionario la palabra “Recuerdos” para que con ella se pudieran perpetuar mediante la transmisión verbal, escrita o de imágenes; aquellas cosas que estuvieron formando parte de una cultura, pudiendo las generaciones venideras valorar lo que dejo de existir.
Están desapareciendo edificios típicos de nuestro litoral canterano, con innumerables recuerdos para todos aquellos que cada día paseando por Las Canteras se han acostumbrado a su presencia y hasta han querido sacarles un poco de fantasía a unos, por la forma arquitectónica que presentan y a otros por aquellas familias importantes para la isla y por que no a las más humildes, pero emblemáticas para esta playa; o simplemente un punto de referencia para cuando detrás de la Barra, mar a dentro, en una barca permanecen inmersos en el arte de la pesca y con una mirada a tierra buscan la referencia de su posición en unos determinados edificios.
Nuestros amigos de esta Web, van denunciando con sentimiento de tristeza, como estos recuerdos van doblegándose a los intereses económicos de sus propietarios. Donde algunos muy probablemente sus sentimientos hacia nuestra hermosa playa de Las Canteras no son arraigados a ella, por ser nacidos en otros limites de la geografía canaria o fuera de ella. Ante esta situación está visto que no se puede hacer nada, solo tratar de retener por unos momentos lo que para cada uno ha representado, haciendo un alto en el paseo cotidiano o reducir la marcha y escudriñar con la mirada lo que cubre esas redes protectoras, que anuncian con su decorado de forma eminente, el próximo derribo.
Hoy ya existen generaciones que viven, como a nosotros mismos nos ocurrió en su momento, dentro de unos decorados urbanísticos que su familiaridad les hacen sentirse en un hábitat de forma muy natural, ya que un derribo más no les viene de aquí, lo asimilan como algo del momento que están viviendo y serán sus recuerdos del día que ellos quieran perpetuarlos con un sentimiento.
Solo quedaran esos escritos, esas imágenes y esas voces, que “Recordarán” con nostalgia aquellos rincones que fueron participes en su paso por la historia.
Juan Boza Chirino
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