Hace unos 3 millones de años, desde el final de la época pliocena, todo el sector noreste de la isla empezó a sufrir movimientos isostáticos de elevación, los cuales llevaron al ascenso del sustrato geológico de La Isleta, posiblemente fonolítico, en un período en el que el nivel del mar estaba por debajo del actual. Hasta hace 1,9 millones de años, en un período erosivo que duró 900.000 años y durante el cual no hubo erupciones volcánicas, el Istmo de Guanarteme se rellenó con los materiales continentales erosionados del Ciclo II, formando el miembro superior de la Formación detrítica de Las Palmas.
Posteriormente se produjo una primera trasgresión marina cuaternaria que originó en La Isleta un nivel fosilífero marino que constituye la actual rasa de la Playa del Confital, datada en 1 millón de años, en la cual aparecen intercalados lapillis y abundantes fósiles marinos. Entre ellos cabe resaltar la presencia de unas concreciones, aproximadamente esféricas, de algas; calcáreas microscópicas, llamadas confites, y que le dan el nombre a la playa y a la propia bahía. A continuación se sucedieron episodios volcánicos pertenecientes ya al Ciclo III, modificando la configuración del extremo oriental de la bahía mediante la formación de la Montaña del Confital. De este modo se estableció un frente de acantilado en el que se desarrolló una superficie de abrasión en su base, que fue socavándose hasta que, por inestabilidad gravitacional, los materiales escoriáceos se fueron desplomando ladera abajo. Así, todo el flanco oriental de este: edificio piroclástico se erosionó por la acción marina, haciendo retroceder la línea de costa hasta desmantelar toda su ladera occidental, hoy desaparecida.
LIBRO BLANCO: Las Canteras y Bahía del Confital.
Cabildo Insular de Gran Canaria.
F.J. Torrado y Ignacio Motesdeoca Sánchez.
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