Carreta. Un personaje de leyenda (1ª parte)

(Foto izq.: Carreta en los años 30, segundo de píe empezando por la izquierda. Foto der.: Carreta en la actualidad con la camisa de su querido “Victoria”)

Quedamos con Carreta en la avenida, a la altura de Olof Palme, y allí lo encontramos con su inconfundible pelo blanco y su talante afable. Está sentado leyendo la prensa, y a ratos, saludando a los paseantes como todos los días desde hace muchos años. Nos recibe con un fuerte apretón de manos demostrando que todavía conserva algo de aquella fuerza que un día, lejano ya, lo hiciera triunfar en el boxeo canario. Carreta es, casi con seguridad, el masajista más viejo de Canarias ya que lleva más de 50 años ejerciendo como tal. Comenzó en el R.C. Victoria y continuó su labor en el C.D. Firgas de la época de los penta campeones. Hoy en día, a sus 89 años todavía arregla algún esguince o una tortícolis. Comenzamos a charlar animadamente de cómo eran las cosas en su tiempo. Primero la preguntamos de cuando viene su relación con la playa:

Carreta: Nací en el año 1915 en una casa en las inmediaciones de la Plazoleta de Los Betancores y poco después me mudé con mi familia cerca del mercado del puerto, más tarde estuvimos viviendo en la calle Temisas en La Isleta y cuando me casé me vine a la calle Secretario Padilla, en el barrio de Guanarteme así que fíjese usted. Aunque las cosas han cambiado mucho la playa sigue más o menos igual que en mis años de juventud.

La gente antes no iba a la playa como ahora, se iba después del día de San Juan porque sino te salían ronchas, eso es lo que se decía. Se veían algunos extranjeros tomando sol. Los jóvenes estábamos todo el día en la calle y cuando íbamos a la playa nos metíamos debajo de la caseta de Galán o íbamos a bañarnos a lo que es hoy el muelle.Los bañadores que teniamos eran de tela de saco y teniamos que esperar mucho tiempo para que se secaran. Recuerdo que allí fue donde vi por primera vez una mujer con bikini, seria el año 33 o 34 y eso era una cosa excepcional, imagínese usted.

Me acuerdo de que había un barco fondeado en la zona de La Puntilla que era como un club náutico flotante. El presidente era el Cónsul de Uruguay que se llamaba D. Silvio. Había que llevar a la gente en botes que salían de un pequeño muellito de madera que estaba frente a la calle Tenerife. Tenía dos tortugas, una amarrada en el agua y otra en una pileta pequeña a bordo. Fíjese si había necesidad que dos chiquillos iban a buscar el pan duro que D. Silvio les daba para alimentar a las tortugas y se lo comían ellos. Eran tiempos de necesidad. En unas mareas grandísimas, el barco se soltó y quedó encallado en la arena y ahí se quedó.

Tambien se solían hacer competiciones de natación que se desarrollaban entra la Peña la Vieja y La Puntilla. Participaban muchos nadadores pero destacaba uno de ellos que se llamaba Agustín Ramos. También hacíamos partidos de fútbol en La Cicer. La pelota nos costaba una peseta y a veces jugábamos contra un equipo de cambulloneros que eran muy fuertes. Nos apostábamos un racimo de plátanos o una botella de ron. De esos partidos recuerdo especialmente a Eduardo Suárez que fue diputado por el Partido Comunista y que fue fusilado durante la guerra Civil. Otro que iba a jugar era el padre del desaparecido Nanino Díaz Cutillas que trabajaba en un almacén de plátanos.

Recuerdo que donde hoy está el Hotel Meliá se encontraba un Hospital Ingles donde se atendían a los marinos y turistas ingleses. Nosotros les íbamos a comprar tabaco y después nos daban unas unas perrillas.

*El contador cuenta visitas desde mayo 2023

Tu opinión es importante

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Publicidad
Contenidos destacados
Tu opinión es importante
error: Este contenido está protegido con derechos de autor