De la noche al día, de la fresca y saludable brisa marina de Las Canteras a las malolientes y poco higiénicas esquinas de las «calles de atrás», donde la basura se acumula entre los contenedores.
En Puerto-Canteras-Guanarteme ya no cabe un alma más, y sigue creciendo: más personas, más negocios, más basura…
Uno de los claros ejemplos de que estos barrios canteranos han superado los límites de sostenibilidad es el entorno de los contenedores de basura.
Estos puntos negros – nunca mejor dicho- son una vergüenza. Al desbordamiento hay que sumar, tristemente, el incivismo. Parece que en esta ciudad ha aumentado considerablemente el porcentaje de vecinos que incumplen las normas básicas de convivencia y educación.
Muchos ven la basura fuera y, sin pensarlo, hacen lo mismo, creando un efecto dominó en versión desorden y suciedad.
A esto se añade que muchos restaurantes y locales de comida, tampoco cumplen con los estándares de limpieza en el manejo de sus desechos.
La acumulación de basura en los contenedores de las calles colindantes a la playa contrasta drásticamente con la transparencia de la orilla de Las Canteras, a pesar de que apenas unos metros separan ambos escenarios.
Es urgente tomar medidas antes de que este panorama, insostenible e insalubre, siga creciendo. Es necesario tomar decisiones firmes e imponer sanciones más severas a quienes no cumplen con las normas básicas de convivencia.
Normas como prohibir sacar la basura de casa antes de una determinada hora de la tarde o realizar inspecciones más estrictas a los locales de restauración son solo algunas posibles soluciones.
