La gastronomía en las Islas, posiblemente abierta a muchas criticas por su simplicidad, no deja de ser deliciosa. Además, la comida simple suele ser a menudo la más sabrosa. A pesar de la pobreza material que existía en tiempos pasados y de que muchas familias han sufrido durante siglos a causa de la sequía y la escasez de alimentos, la cocina canaria, en este caso la conejera, se ha desarrollado de tal modo que ha transformado muchos sabores a partir de los limitados alimentos disponibles. Este es el caso de la presente receta, que, sin contener ningún ingrediente cárnico, sigue siendo uno de los platos estrella de Lanzarote.

Ingredientes:

Medio kilo de  lentejas.
Hojas de laurel.
Aceite.
Cuatro dientes de ajos, dos zanahorias.
Papas medianas.
Comino.
Pimentón.
Sal marina.
Vino blanco de la Geria.

Elaboración:

El día anterior, se pone a remojo medio kilo de lentejas de Lanzarote. En el momento de hacer el estofado, se escurren y se colocan en un caldero cubiertas con agua y unas hojas de laurel partidas en cuatro. Se añade un chorro de aceite y cuatro dientes de ajo pelados y troceados.

Se pone a fuego bien fuerte hasta que el agua comience a hervir. Bajamos entonces la llama y se dejan guisar aproximadamente un cuarto de hora.

Se añaden unas papas peladas y cortadas toscamente, las zanahorias cortadas en gajos y un majado con un par de dientes de ajo, una pizca de comino, otra de pimentón, sal marina y un chorrito de vino blanco.

El plato estará listo cuando las papas y las legumbres estén tiernas. Antes de servir, es recomendable dejar reposar el estofado.

Podemos acompañarlo con un vasito de vino blanco, del que nos habrá sobrado de los ingredientes.

Una receta de Juan Izquierdo