El parque Pepe Limpiabotas, situado antes de la entrada a El Confital, frente al Grupo de Viviendas Nuestra Señora del Carmen en La Isleta, es uno de nuestros mejores miradores hacia la bahía y el océano Atlántico.
El lugar lleva el nombre de José Rodríguez Bernal, conocido popularmente como Pepe “el Limpiabotas”, un vecino de La Isleta y un personaje muy querido en la historia turística de Canarias.
A José Rodríguez se le debe la creación de este pintoresco parque público. Él fue quien concibió la idea y lo diseñó a mediados de los años 70. Gracias a su perseverancia, consiguió que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria lo llevara a cabo, logrando así un espacio que hoy es un referente en la zona.
“Debió ser en algún momento de 1974, o en la terraza de El Guanche o en la de La Peña, los restaurantes donde José Melquiades Rodríguez Bernal, que así se llamaba Pepe el Limpiabotas, tenía su teatro de operaciones. Entre su clientela se encontraba Gregorio González Fulgencio, entonces concejal del Distrito Puerto, a quien Pepe enseñó los dibujos del proyecto, en los que había invertido una libreta y muchas tardes. Quizá fuese solo el poder atractor de los trazos del betunero sobre el papel, o tal vez también sus dotes de persuasión, el caso es que el concejal le pidió que ampliase de escala el croquis para poder presentarlo en el pleno municipal. La propuesta prosperó, y el Consistorio realizó este parque colindante con la entrada de El Confital, incluidas las escaleras que descienden por el escarpe, que Pepe concibió para que los vecinos pudiesen bañarse en el mar”. Mariano de Santa Ana en el periódico La Provincia.
Con la remodelación del paseo en 1998, se conectaron la playa de Las Canteras y El Confital, lo que permitió que la ciudad descubriera el parque, antes reservado solo para los vecinos de La Isleta.
Los arquitectos Ramón Chesa y Javier Mena, responsables de la remodelación, comprendieron la importancia de la plaza diseñada por Pepe y la conservaron casi tal como fue diseñada originalmente.
Actualmente, el lugar necesita que se pinten los muros y se cuide su vegetación, pero sigue conservando la magia de un sitio especial.
Este mirador, que también es un parque, es una idea del popular betunero del parque Santa Catalina y fue un regalo para sus vecinos de La Isleta.
Vale la pena visitarlo y observar como sus escalinatas casi rozan el mar de la bahía de El Confital.
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Comentario
Alicia:
Unas vistas maravillosas,pero esa parte y toda la avenida con sentido hacia el confital,la tiene el ayuntamiento de Las Palmas,abandonada,paterres sucios,ladrillos del suelo sueltos y rotos,ect.es una pena.