La mala noticia llegó en forma de rumor de olas, confirmada después por algunos allegados. Supe que hace algunas semanas había fallecido Tino.
A Tino Monzón lo conocí en los 90, cuando trabajaba en la legendaria discoteca B-52. Su imponente presencia y su perenne bronceado de playa lo hacían destacar entre el gentío que acudía a esta disco situada en el mismo paseo de Las Canteras y propiedad del querido Rafael Bello.

Sobre el papel, era algunos años mayor que yo, pero en la realidad iba años luz en experiencia de vida. De joven había trabajado de camarero en grandes compañías de cruceros en el Caribe. Allí destacó por su profesionalidad entre los pasajeros VIP; en uno de esos viajes, fue camarero personal de Jimmy Carter (presidente de los Estados Unidos entre 1977-1981). Cuando regresó a las islas, fue un gran animador de las noches locales, cuando la ciudad aún conservaba decenas de discotecas con ambiente turístico.
