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Debido a situaciones sociales extremas y comportamientos incívicos, algunos puntos de la playa pueden presentar condiciones sanitarias no aptas. Me refiero a los restos biológicos y residuos humanos que el servicio de limpieza no puede recoger ni limpiar al 100%. Muchas veces, este servicio no da abasto, y hay mañanas en las que la playa amanece como un chiquero.

Los consejos que se detallan a continuación son bien conocidos por la mayoría de los usuarios de Las Canteras, pero los reiteramos para todos.

Queremos aconsejarles que eviten sentarse en la arena seca que está junto a los muros. Estos son los lugares de la playa más sucios, ya que allí va a parar la basura del paseo cuando se le da un “manguerazo” a la avenida. Además, durante la madrugada, muchas personas orinan allí y realizan “cosas peores”.

En muchos tramos, donde hay terrazas ubicadas al lado del mar, también se acumulan restos de comida, colillas, escupitajos, etc. Todo esto se agrava porque el agua del mar no llega a limpiar estas zonas altas.

La arena entre las palmeras de la Playa Grande también presentan un estado no apto para pasar el día de playa.

Los encargados de las hamacas, que abren sus casetas cada mañana, se llevan una desagradable sorpresa cada amanecer. Eviten sentarse y transitar descalzos en esos entornos. Lo mismo ocurre en las zonas donde están varadas las barcas; desgraciadamente, allí está arraigado el sinhogarismo, y la arena seca no reúne buenas condiciones sanitarias por razones evidentes.

Es importante mencionar las rejillas de los limpia pies de las escaleras de acceso a la playa. Eviten pisarlas sin zapatillas, cholas, etc, ya que durante la madrugada se convierten en auténticas escupideras. También eviten las bases de las duchas, ya que pueden causar hongos y otras enfermedades del pie.

No se bañen en la zona pegada al muro de La Puntilla. Aquí hay poco movimiento de agua y, cuando la pleamar es grande, puede atrapar la suciedad de la arena que hay debajo de las embarcaciones.

El mejor consejo para disfrutar de un día de playa saludable es colocar la toalla donde alcanzó la última pleamar, aprovechando así el poder limpiador del océano.