Los politicos siguen olvidándose de proteger con eficacia nuestras zonas más ricas en biodiversidad, los lugares que nos diferencian de otras playas y que nos hace ser única. Quién dice Los Lisos, dice las Barras o las lajas de El Confital.

No me puedo imaginar a un chiquillo con una redecilla intentando, por ejemplo, coger peces en la charca de Maspalomas o molestar a las aves que allí pasan el invierno ¡ Verdad que no !

En cambio aquí, en nuestras maravillosas zonas de marisco, permitimos que los niños llenen los baldes de cabosos, fulas, barrigudas, etc, o que cualquiera que pase se lleve un pulpo o una caracola.

Ha llegado el momento de proteger nuestros rincones naturales: los importantes. Ya está bien de «hacerse el loco» o poner excusas por parte de los gestores que pueden hacerlo (no hemos tenido suerte con los últimos responsables de Playas, más preocupados en el voto y en el «figureo mediático» que en gestionar correctamente una enorme joya como es la bahía de El Confital).

Debemos redactar leyes para proteger nuestros lugares más especiales, por supuesto no al nivel de «prohibir el paso» pero si ser valientes y proteger nuestros charcos y rocas con medidas más conservacionistas: prohibir las redecillas y la recolección de fauna o la implantación de multas importantes para los furtivos.

Los Lisos no es un patio de recreo donde todo vale, a consta de sacrificar la vida que alberga.

Existe el turismo de charco, esos visitantes que se asombran cuando se asoman a uno. Aprovechemos este valor -natural- de Las Canteras. Mirar la fauna si, por supuesto, pero no tocarla ni presionarla.