Un policía municipal “punta en blanco” y con salacot monta guardia junto al viejo balneario de Tomás Miller o del Reina Isabel.
Llamados cariñosamente guindillas, eran hombres muy familiares para todos l@s playeros de aquellos años cincuenta y sesenta
Cuando llegaron las primeras suecas tuvieron que esforzarse ya que por orden de sus superiores tenían que “recriminar” a las turistas que usaban bikini, años más tarde pasó algo parecido con las primeras escandinavas que hicieron top-less. Sus otras grandes “misiones” en aquellos años era espantar a los mirones que acosaban a las suecas e ir detrás de la chiquillería que jugaba al fútbol playa en zona prohibida.
El término guindilla para llamar coloquialmente al guardia urbano está recogido en la RAE y fue adoptado por el pueblo por el color rojo y azul del uniforme de aquellos guardias municipales de finales del XIX y principios del XX.