Flores bajo la placa que anuncia la plaza de Pinito del Oro aparecieron este viernes para honrar a la gran artista del circo recientemente fallecida.
María Cristina del Pino Segura Gómez nació en Las Palmas de Gran Canaria, en el seno de una larga familia de Circo, por lo que su infancia discurrió en continuo deambular de uno a otro sitio, bajo la carpa. E inició el aprendizaje del trapecio, hasta dominar la difícil y arriesgada especialidad circense con la que pronto sobresalió, ganando distinciones, premios y diplomas. Después de haber sufrido varios accidentes en la pista, decidió en el año 1960 abandonar el trapecio cuando estaba en la cúspide de la fama como la trapecista número uno del mundo. Pero el circo la sigue atrayendo y ocho años más tarde reaparece, como en sus mejores tiempos, triunfando su espectáculo en toda línea; sin embargo, a mediados de aquella triunfal temporada sufrió otro muy grave accidente en la localidad cántabra de Laredo, aunque supera el trance reapareciendo de nuevo a los tres meses en Valencia. En el mes de abril de 1970 Pinito del Oro se despide de lo que ella misma dice es el mayor amor de su vida, en Madrid y esta vez de forma definitiva.
María Cristina del Pino Segura Gómez, se ha dedicado desde entonces a escribir y cuenta ya en su amplia producción literaria con gran cantidad de cuentos, novelas, relatos, etc. unos publicados y otros en espera de que vean la luz pública entre los que se encuentran el libro “La técnica del trapecio”, “Relatos circenses”, “Nacida para el circo” y “El italiano”.
Texto de Carlos Platero
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