La muerte del músico Manolo Tena este lunes en Madrid a los 64 años se siente de forma especial en la playa de Las Canteras, donde el autor de Sangre Española pasó largas temporadas.
El músico madrileño, histórico de la movida, vivió durante unos tres años muy cerca de la estatua de Sindo Saavedra. Ahora hacía unos doce meses que había regresado a la Península, pero se le volvió a ver en el paseo hace apenas quince días, al día siguiente del concierto que ofreció en el Auditorio Alfredo Kraus el 19 de marzo.
Esta actuación del Auditorio Alfredo Karus, fue su último concierto y tuvo lugar al borde de Las Canteras.
Dicen sus amigos canarios que Manolo “no podía vivir en ningún otro sitio de Las Palmas que no fuera Las Canteras” y que le gustaba sentarse unos minutos en un banco del paseo para contemplar el mar antes de irse a casa al terminar el día. “Decía que el mar era lo único que le relajaba, le relajaba muchísimo”, aportillan.
Las mismas fuentes admiten que sí que Tena era “totalmente un playero” .
El que fuera miembro de los grupos Cucharada y Alarma, históricas bandas de la movida madrileña, sentía mucha curiosidad por la barra y “siempre decía que a ver si llegaba un día”.
Antes de elegir Las Canteras como destino, el músico de la voz rasgada había vivido en el sur de Gran Canaria.
Más sobre la muerte de Manolo Tena
La noticia en la página de la SGAE
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