“Cuando dos caminos se separan… toma aquel que se dirija a la playa”. Hannah McKinnon

Viernes: refresca algo el ambiente

Excursión en Tamadaba

En las zonas altas es donde aparecen los pinos que forman unos de los pinares más interesantes de esta isla de Gran Canaria: El Pinar de Tamadaba.

Este pinar está formado por los montes de Firma, Tifaracal, Andén Verde, El Risco, y el Valle de Agaete. Todo este conjunto forman unas espectaculares vistas que encuentran su punto más interesante al llegar al litoral entre la playa de la Aldea y el Puerto de las Nieves, en Agaete. Al ir descendiendo nos encontramos con tabaibas, cardones, palmeras, escobones y retamas entre otras especies. Es espacio limítrofe con el Parque Rural del Nublo, ha sido, clasificado como “Espacio de Protección para las Aves”, encontrándonos aquí con el Pinzón Azul.

Es una agradable ruta debido al escaso desnivel y a las hermosas vistas que nos ofrece. Empezamos a caminar en la Degollada Honda, enfrente a la casa de Tirma, a unos sesenta metros, a nuestra derecha, camino hacia la casa forestal de Tamadaba. El camino aquí, en dirección opuesta, comienza con un suave descenso que se adentra por un Pinar muy bien conservado.

Cruzamos el Lomo Pelado, el Barranco del Camello, la loma de los montes del Tío Tomás, pasamos el Barranquillo de la Hoya del Sargento y entramos en uno de los contrafuertes del Morro del Majadal, que un poco más adelante toma el nombre del Lomo del Gorrillo.

Hasta ahora siempre hemos caminado en medio de un pinar en suave descenso. El sendero se abre a nuestra izquierda y nos deja ver todo el paisaje, el Barranco de las Hoyas, con su presa, y enfrente las vegas agrícolas de Coruña y la zona de Juncalillo. El camino avanzando, pasa por la zona del Risco de la Aguililla. Nos adentramos en el barranquillo del Majadal de los Corderos, en donde hay un sendero bien marcado que tomamos subiendo por el mismo. Este sendero nos lleva cruzando el Lomo Gordo hasta la Degollada de las Palomas desde donde iniciaremos nuestra vuelta. Cruzamos la carretera y vemos enfrente nuestro a los Montes de Pajonales, Ojeda e Inagua.

Para regresar tomaremos el camino que une Artenara con Tamadaba. En la Degollada subiremos un repecho que nos lleva hasta la carretera. Caminamos por ella unos momentos y paramos a contemplar el paisaje que se nos ofrece.

Ahora otra subida que nos lleva al cruce de la Cruz de María, la cual dejamos a nuestra izquierda y seguimos por el camino paralelo a la carretera hasta llegar al punto de partida.

Este camino sin parar y ponerse a escuchar los sonidos del bosque…la piña que cae y rueda…la rama partida…el azul del cielo…si no te sientas y escuchas, pues lo dejamos en dos horas y media.

Vicente García Rodríguez.

Julio de 2012

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