Ya se vio ampliamente cómo, durante las tres décadas precedentes al nacimiento del puerto de refugio de La Luz, esta ciudad de Las Palmas se había volcado a solucionar su equipamiento marítimo con varias obras de infraestructura. Pues bien, en medio de aquella situación, saturada de disputas y discrepancias, planes, realizaciones, fracasos, etc. existieron también, cómo no, sueños o utopías, desde luego pintorescas y sabrosas.
Desde los años de la década 50, o quizás antes, algunos «cerebros inquietos» ya hablaban de la posibilidad de cortar el istmo de Guanarteme, para poner en comunicación la bahía de La Isleta o La Luz con la bahía del Arrecife y Confital (es decir, playa de Las Canteras hoy). Sin embargo, la primera noticia escrita que se tiene es a través de un artículo de fondo publicado en el periódico El Ómnibus, de finales de 1855. En él se defiende esa obra pública por los beneficios que aportaría al comercio, a la comunicación marítima con el occidente del Archipiélago, acortando el tiempo de desplazamiento, y porque impulsaría el nacimiento en el Puerto de La Luz de un carenero y una población.
La idea vino a quedar arrinconada hasta que, en los años 70, de nuevo fue puesta en circulación. Siendo la propia Administración la que, según una Memoria de los años 1870-72 de la Dirección General de Obras Públicas, al tratar del Puerto de La Luz como posible puerto de refugio, consideró el corte del istmo como una obra complementaria conveniente. Pero fue la Real Sociedad Económica la que, en su campaña de 1876 pro puerto de La Luz, insistió en ese proyecto, el cual fue acogido con frialdad o rechazado por las fuerzas vivas consultadas, de manera que se suprimió como componente en el plan considerado para el Puerto. Desde entonces quedó definitivamente abandonado.
Según datos del ayudante de Obras Públicas, Julián Cirilo Moreno, se pretendía alcanzar una sonda de 8 a 10 metros en la bajamar con un canal de 1.200 metros de longitud y, al menos, 20 metros de ancho ( «para que cruzaran 2 buques con toda holgura»), para lo cual se necesitaría una excavación de 200.000 m3 en su mayoría subacuáticos y en la que suponiendo se encontrase sólo «marisco flojo» se requeriría un presupuesto de 4.000.000 de pesetas. Tales obras afectarían negativamente a la dársena del Puerto de La Luz por la dirección que tomarían las corrientes, pues viniendo del Confital «perturbarían la tranquilidad del régimen del puerto” , además de que acabaría creándose por la acumulación de arenas que se produciría en él.
Extracto del libro “Las Palmas Ciudad y Puerto” escrito Fernando Martín Galán. Editado por la Fundación de Puertos de Las Palmas.
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Uno de los episodios más violentos recordados en el entorno de la playa de Las Canteras fue el asesinato a tiros de Graciliano Salvador Ensell González, jefe de recepción del hotel Trocadero, ocurrido en la madrugada del 20 al 21 de octubre de 1970