El Tai Chi ayuda a tener el corazón tranquilo
Tiene los movimientos de un gato y la fuerza del tigre. Aunque nunca lo reconocería porque la práctica del Tai Chi requiere una gran dosis de humildad por parte de sus maestros. Ye cing, maestro de Tai Chi vino a Canarias hace tres años, después de una breve estancia en Madrid donde dejó a varios alumnos. En Las Palmas de Gran Canaria da clases en varios gimnasios y practica sus ejercicios en la Playa de Las Canteras. Los que pasan muy temprano por Playa Chica no pueden evitar quedarse eclipsados con sus movimientos. Embutido en un kimono satinado color marfil realiza los veinticuatro movimientos que imitan a la naturaleza con nombres sugerentes. Este joven maestro de 24 años plasma cada movimiento con una elegancia sin par. Sus primeros pasos en esta disciplina los dio hace ocho años en el templo del Ying y Yang situado en un pueblo próximo a la ciudad de Shangai En sus clases también imparte una búsqueda del equilibrio a través de la meditación y de otras técnicas orientales.
-¿Por qué haces los ejercicios de cara al mar?
El mar es como una línea pura que veo a través de mis ojos y tranquiliza mi corazón. Por la mañana temprano es un objeto quieto y favorece tus propios sentidos. A través del Tai Chi se pueden conseguir diferentes sensaciones con el medio ambiente. En Playa Chica, igual que en el resto de la playa cambian los detalles (color de las sebas, color del cielo) pero se mantiene la esencia.
-¿ Por qué pones tanta concentración en buscar un equilibrio en lo bajo. En occidente siempre estamos queriendo subir, escalar o mirar hacia arriba?
Poner interés en abajo, implica buscar un punto de equilibrio interior. Implica pensar en nuestra vida y en la sabiduría. La esencia del Tai Chi trata de combinar los movimientos de izquierda y derecha, arriba y abajo.
Para Ye Cing la vida se ve desde otro punto de vista cuando practicas Tai Chi con la mente y el corazón. “La diferencia reside en que una persona ambiciosa que busca una rentabilidad al ejercicio, no es capaz de ver la transparencia. El Taichi no se practica para presumir o por competir”. Y en esto es rotundo hay que practicar con un “corazón transparente e inocente”. Le dejamos caer que parece que nos habla de un mundo imposible y que ya no recordamos cuándo perdimos la inocencia. Pero en su forma de vivir el Tai Chi se ve como una forma de corregir los errores cada día y de estar a disposición de los demas.
-Vivimos creyendo que podemos ser superhombres y supermujeres y así educamos a nuestros hijos. Nos olvidamos del ritmo interior¿ Crees que es posible recuperar lo que tuvieron otras generaciones?
Lo que ha pasado en China es un ejemplo. La gente nunca tiene el corazón tranquilo. Los chinos tenían una sabiduría milenaria sobre el ritmo lento y pausado. Pero ahora están cambiando la forma de vivir. Los jóvenes buscan el ritmo rápido y denso sin razonar lo que otras generaciones aprendieron.
– ¿Qué te parece el ritmo que se lleva en Canarias?
Aquí también había un ritmo más lento y saludable. Las fiestas son muy bonitas pero como en otros sitios se da importancia a cosas que no deberían tenerla por ejemplo, la bebida o el consumo durante la fiesta de los Reyes. Los niños persiguen las modas. Los padres deberían ayudarles a lograr su sueño personal, a su equilibrio.
-¿Cómo podemos vivir en la calidad y la transparencia?
El Tai Chi es una arte marcial curativo Los movimientos están inspirados en la naturaleza y se trata de a la vez que se va conquistando de deja un espacio para los demás. Tengo alumnos que han conseguido ese equilibrio para su vida aunque sus movimientos no son correctos. El honor en este sentido es saber vivir con esta sabiduría y ayudar a los demás a conseguirla.
Montse Fillol.
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