“Necesito el mar porque me enseña.”. Pablo Neruda

El Gobierno de Canarias declara la alerta por fenómenos costeros a partir de las 22.00 h. de este jueves: la previsión meteorológica apunta a mal estado del mar con oleaje de mar combinada de cuatro a seis metros de altura.

Club Natación Peña la Vieja, su inicio

Haciendo memoria de cómo nació el Club Natación Peña la Vieja.

Allá por el año 1945 (antier) nos reuníamos en la Playa de Las Canteras por la zona de la Peña de la Vieja un grupo de playeros impenitentes que aparte de otros menesteres en tierra firme, mejor dicho arena firme, pasábamos muchas horas metidos en el agua y claro de alguna forma surgió la idea de la competición natatoria.

Alguno diría: vamos a echar una pega de los tubos (Punta Brava) a la Peña o de los Lisos La Peña etc. Algo de eso tuvo que ser, digo yo. El caso es que por selección natural, pues había algunos a los que no le iba la natación, formamos un equipillo de nadadores y competíamos entre nosotros mismos. Tuvimos un local social al final de la calle Galileo según se baja a la derecha haciendo esquina con la Avenida pegado creo recordar, a la casa de D. Juan Gómez. A mi parecer era una edificación de madera. Si queda alguien por ahí con mejor memoria y quiera corregirme que mande una notilla a Tino Armas y se pone al pié del relato.

Han pasado al día de hoy 57 años y puede que halla alguna omisión. Pero, eso si, que se de prisa, por si acaso, para poder cambiar impresiones en vivo. Bien, siguiendo por donde íbamos, hacíamos frecuentes competiciones y eso nos mantenía en forma. Ahora por eso, cuando nos veíamos antes de entrenar el saludo era: ¿Cómo te va? y la respuesta era invariablemente, “Alegre, en forma y optimista”. Nuestro lugar de entrenamiento era frente a la casa de D. Antonio Armas, en el Charcón. La distancia de los Lisos a la Peña del Piano eran unos 33 metros aprox.: y la única dificultad era que no podíamos entrenar a marea vacía, pero bueno, ahí nos arreglábamos. Arreglo , dicho sea de paso, el que le hicimos a los mariscos frente por frente a la Peña del Piano para poder girar cuando entrenábamos. Había unos salientes irregulares y tuvimos que emparejarlos pues al poner la mano para dar la vuelta se te podía meter la mano en una grieta y salir con un erizo pegado.

Un buen día en que nos encontrábamos en forma nos enteramos que se iba a celebrar un festival de natación entre el Club Natación Metropole y el Club Alcaravaneras y les propusimos a los organizadores el participar y aceptaron de buen grado. Adjunto recorte de periódico, de un lunes 2 de Junio de 1947, (que da fe de lo que cuento) firmado por ”Arvetru”, Armando Vera Trujillo y que por cierto nos dejó muy bien puestos. En aquella época el vivero de los clubes eran las playas y por la de las Canteras se daba unos garbees Quique Martínez y sin traspasos ni miramientos hacía una leva y se llevaba todo lo que flotara y nadara hacia delante y convencía a los llamados “promesas” para que para que ficháramos por un Club de fundamento, pues la verdad sea dicha éramos bastante anárquicos para seguir entrenamientos por nuestra cuenta, y fuimos a parar al Club Natación Metropole. Allí nos metieron a camino y modestia aparte cumplimos bien con nuestra parte y pusimos nuestro granito de arena en la natación isleña de la época.

Vicente García R.

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