Uno de los lugares más emblemáticos para el playero que cada día se da su baño en la playa es El Charcón, una piscina natural de aguas transparentes rodeada por rocas tan conocidas como queridas. Un auténtico acuario donde los bañistas comparten espacio con una sorprendente biodiversidad.
Protegido del oleaje y de las corrientes por el conjunto rocoso de Los Lisos y otras peñas tan importantes como La Bandera o La Resbaladiza, El Charcón, a marea vacía, se convierte en una piscina apta para todos los públicos.
Disfrutar de El Charcón haciendo snorkel —nadando con gafas y tubo— es una de las experiencias más bonitas y gratificantes que ofrece la playa de Las Canteras.

Sus aguas —en condiciones meteorológicas normales— mantienen una calma que todos aprovechan, desde los grandes nadadores hasta las madres con sus hijos, sabiendo que allí nada peligroso puede ocurrir.
Nadar desde la orilla hasta la peña La Bandera, atravesando El Charcón, es uno de los actos iniciáticos para todos los playeros
En sus verdes y cristalinas aguas, generaciones de niños playeros han dado sus primeras brazadas y han descubierto, por primera vez, cómo sargos, gueldes, panchonas e incluso pulpos pasean por su fondo, ajenos a la actividad de la superficie.







