Posiblemente, Germán Dévora sea el jugador canario con más referencias y sobre quien más se ha escrito, con varios libros dedicados a su fútbol y a la pasión que generaba entre los aficionados por su forma de jugar. En todas esas publicaciones y referencias bibliográficas se menciona la playa de Las Canteras, el lugar donde aquel niño comenzó a mostrar sus habilidades con el balón.
Durante sus años como futbolista, la afición se dividió entre germanistas y antigermanistas. Siempre que tenía la pelota en sus pies, un murmullo recorría el viejo Estadio Insular.
Aquel niño, nacido en el barrio de Guanarteme un 16 de noviembre de 1943, demostró sus cualidades -técnica depurada y elegancia- en el manejo de la pelota desde muy temprana edad, sobre la arena negra de la playa de Guanarteme, hoy conocida como La Cícer.
Aquellos peloteos descalzo y los partidos con sus amigos lo formaron como futbolista. El pequeño Germán pasó su infancia jugando entre la playa y los polvorientos solares del barrio, improvisados campos de fútbol, hasta que el club Estrella Blanca -un equipo aficionado creado en Guanarteme para formar a los niños más futboleros del lugar- lo fichó.
El barrio de aquellos años, con sus calles poco transitadas por vehículos y lleno de solares, era el sitio ideal para corretear tras el balón cuando el mal tiempo o la marea alta impedían que Germán y sus amigos jugaran en la playa.
Con apenas 15 años, Germán ingresó en las categorías inferiores de la UD Las Palmas. Su talento innato moldeado sobre la arena canterana y su visión de juego lo convirtieron rápidamente en una de las promesas más destacadas del club. En la temporada 1961-62, lideró al equipo juvenil que se proclamó campeón de España bajo la dirección de Luis Molowny, ganándose el apodo de los «Diablillos Amarillos» por su estilo de juego vibrante y ofensivo.

Su ascenso al primer equipo fue meteórico. Debutó en Segunda División el 16 de septiembre de 1962, en un partido contra el Recreativo de Huelva. Apenas un mes después, el 28 de octubre, marcó su primer gol con la camiseta amarilla ante el filial del Sevilla en el Estadio Insular. Su impacto fue inmediato, y junto a compañeros como Juan Guedes, Tonono y José Manuel León, formó la columna vertebral de una generación dorada para el club.
En la temporada 1963-64, Germán fue pieza clave en el ascenso de la UD Las Palmas a Primera División, siendo el máximo goleador del equipo con 12 tantos. Su debut en la máxima categoría confirmó su calidad como futbolista y lo consolidó como una de las figuras más importantes de la UD Las Palmas.
A lo largo de 16 temporadas, «El Maestro» disputó 453 partidos oficiales con el club y anotó 129 goles, convirtiéndose en el máximo goleador histórico de la entidad. Participó en dos competiciones europeas: la Copa de Ferias en la temporada 1969-70 y la Copa de la UEFA en la 1972-73.
Germán Dévora fue internacional absoluto con la selección española en cinco ocasiones entre 1968 y 1972. Su debut con la selección absoluta se produjo el 2 de mayo de 1968 en un amistoso contra Suecia en Malmö, donde compartió campo con otros destacados jugadores canarios como Tonono, Juan Guedes, Paco Castellano y Yeyo Santos .

Su último partido como profesional fue el 16 de abril de 1978, en un encuentro contra la UD Salamanca. Tres días después, estuvo en el banquillo durante la final de la Copa del Rey ante el FC Barcelona en el Estadio Santiago Bernabéu, que finalizó con una derrota por 3-1 para el conjunto canario.
Tras colgar las botas, Germán continuó vinculado a la UD Las Palmas, desempeñando roles como entrenador, secretario técnico y, desde 2011, presidente de honor del club. Su legado trasciende generaciones, y su figura sigue siendo un referente indiscutible en la historia del fútbol canario.
La playa de Guanarteme (La Cícer), situada en el extremo sur de Las Canteras, ha sido durante décadas una auténtica escuela de fútbol. En sus arenas negras, históricos jugadores como Oramas, Tatono, Cedrés, Germán, “Ñoño” y otros talentos locales dieron sus primeros toques al balón, forjando su técnica y su pasión por el llamado deporte rey.
La playa sigue siendo hoy un escenario fundamental del fútbol local. En ella, jóvenes y veteranos siguen dando patadas al balón con los pies descalzos, preservando una tradición que late en el corazón de Las Canteras.
