Un equipo de investigadores pertenecientes al instituto ECOAQUA de la ULPGC ha desvelado los factores ambientales que explican la llegada de medusas o aguavivas a la playa de Las Canteras, uno de los espacios costeros más emblemáticos de las islas Canarias.
Sus resultados apuntan al aumento de la temperatura del mar y los vientos como claves para entender este fenómeno que afecta al turismo, la pesca y los ecosistemas marinos.
La proliferación de medusas en zonas costeras es una problemática creciente que afecta a comunidades de todo el mundo. En el caso de Las Canteras —la playa urbana por excelencia de Las Palmas de Gran Canaria—, estos episodios generan no solo preocupación ambiental, sino también un fuerte impacto económico y social, especialmente en temporada alta.
Un reciente estudio científico, firmado por J. Roca, F. Tuya, M. Gómez y F. Machín, de la ULPGC, ha analizado por primera vez una extensa serie temporal de datos recogidos por el servicio de salvamento y socorrismo de la Cruz Roja en Las Canteras, combinando información sobre picaduras, avistamientos y presencia de tres especies principales: Physalia physalis (carabela portuguesa), Velella velella (vela púrpura) y Pelagia noctiluca (medusa luminiscente).
Pelagia noctiluca aparece todo el año, mientras que Physalia physalis y Velella velella son más frecuentes en invierno y primavera. El aumento del calor marino favorece las proliferaciones. Comprender estos patrones es clave para anticipar su llegada y minimizar su impacto.
Los resultados muestran una clara variabilidad estacional en la aparición de estas especies. Mientras que Physalia physalis y Velella velella tienden a aparecer sobre todo en invierno y primavera, la Pelagia noctiluca —la más abundante y responsable de la mayoría de las picaduras— se mantiene presente durante todo el año, alcanzando sus picos en los meses de verano.

