Todos sabemos que la construcción del frente marítimo y de la ciudad ha impedido, durante el último siglo, que la arena que entra a la playa por efecto de las corrientes y el oleaje salga hacia Los Arenales y Las Alcaravaneras, impulsada por los alisios.
Las profundidades de la bahía son una fábrica de arena. Aunque algunos investigadores comentan que ahora entra menos arena a la dársena que hace 50 años, la realidad es que los áridos siguen acumulándose en los fondos entre la Barra y la orilla, así como en la zona seca de Las Canteras.
A pesar de la construcción del frente marítimo, que fue el gran factor para que la arena se acumulara en nuestra playa, ha habido otras intervenciones costeras que han afectado, de forma más localizada, a determinadas zonas de Las Canteras, modificando la dinámica establecida entre la arena, las corrientes y el oleaje.
Un ejemplo claro es la construcción de Los Muellitos, una obra realizada para captar agua destinada a refrigerar las calderas y máquinas de la desaparecida Central Eléctrica de la CICER. Estos muelles, construidos en ese rincón de la playa, cambiaron para siempre la dinámica de la arena en la playa de la Cícer y, en menor medida, en el resto de Las Canteras.
Otra obra que también alteró la dinámica de la arena —aunque en menor escala que Los Muellitos— fue la construcción de la conocida como «rampa del Victoria». Esta rampa construida en los años 90 ha reducido la acción del oleaje y las corrientes en ese rincón de la playa, lo que ha provocado que se acumule más arena en la zona pegada al muro y donde están varadas las embarcaciones.
