La arena de Playa Grande reposa bajo la pasarela 📷

Tras el anuncio de que la Concejalía de Ciudad de Mar planea trasladar entre 10.000 y 15.000 metros cúbicos de arena desde La Puntilla hasta la playa de La Cícer, hemos consultado nuestra hemeroteca para recordar lo que ocurrió cuando se llevó a cabo una operación similar en diciembre de 2017, durante el mandato de José Eduardo Ramírez como concejal de Ciudad de Mar.

En aquella ocasión, y tras la autorización de la Dirección General de Costas, se llevó a cabo por primera vez en la historia de Las Canteras un trasvase de áridos entre estas zonas. Se trasladaron 2.200 metros cúbicos de arena seca desde La Puntilla hasta La Cícer. La arena fue depositada bajo la pasarela, cubriendo hasta las escalinatas que conducen al gimnasio.

La operación de traslado consistió en extraer arena seca entre las calles Padre Cueto y la plazoleta de Saulo Torón, transportándola a la Cícer en camiones durante el horario nocturno a lo largo de una semana.

¿Saben cuánto tiempo duraron los 2.200 metros cúbicos de arena colocados bajo la pasarela?

Respuesta: poco más de dos semanas.

El primer reboso, ocurrido en los primeros días de enero de 2018, arrastró hacia la orilla toda la arena depositada bajo la pasarela de La Cícer, dejando el lugar exactamente igual que antes del trasvase.

¿Dónde terminó esa arena? 

Lo más probable es que, gracias a la dinámica natural, haya sido transportada gradualmente hacia la zona de La Puntilla. Sin embargo, antes de desplazarse por completo, se acumuló y alteró temporalmente la orilla de La Cícer, afectando negativamente las olas utilizadas por los surfistas.

Cabe recordar que la arena seca de la Playa Grande tiene una composición diferente, tanto en grosor de grano como en peso, respecto a la arena de La Cícer.

Conclusión:

Trasvasar arena entre La Puntilla y La Cícer tiene poca utilidad si la idea es añadir más arena a la playa de La Cícer. Las olas se encargarían de desplazarla, y en pocas semanas la «zona seca» de La Cícer estaría igual que antes del trasvase.

Además, cuando no se realiza un estudio posterior adecuado del movimiento de los nuevos áridos, como ocurrió en 2017, el impacto de la arena añadida de una forma no natural en el sistema playero queda sin evaluar, sin saberse si genera efectos negativos sobre el equilibrio medioambiental actual de Las Canteras.