En nuestra playa hay peñas, lugares y sensaciones con verdaderos nombres de leyenda.
¿Quién no ha oído hablar de la Peña la Vieja, el Peñón, la Peña del Pastel, etc.?
Estos nombres y lugares son tan comunes para nosotros como los rincones de nuestra propia casa. Te invito a un paseo por la orilla de Las Canteras para descubrir los nombres propios de nuestras peñas y rincones más emblemáticos.
Comenzamos desde Los Muellitos en La Cícer y caminamos en dirección a La Puntilla
Los Muellitos (o Los Muelles): Son dos escolleras artificiales y perpendiculares a la playa, situadas justo debajo del Auditorio Alfredo Kraus. Fueron construidas en los años 60 para captar agua limpia que refrigeraba las turbinas de la desaparecida central eléctrica.
Punta Brava: Es una lengua de arena que entra al mar, donde la playa “gira” para entrar a la zona de La Cicer. Lo de brava viene por la virulencia de las olas al chocar contra el muro cuando hay reboso o temporal. Conocida por los poemas que le dedicó el desaparecido poeta Manuel Padorno. El vivió sus últimos años en la casa blanca que está justo en la punta.

Los Pilones: Situados en Punta Brava, son bloques de cemento que mantenían sujeta una tubería que extraía agua de un charco de la Barra Amarilla (todavía hay restos de esta tubería). Esta agua salada y limpia intentó ser utilizada para refrigerar las turbinas de la antigua central eléctrica, pero no funcionó porque el agua llegaba a la central llena de arena.
La Resbaladiza: Situada en Punta Brava, recibe su nombre por tener uno de sus lados muy liso e inclinado, donde los niños se deslizan hasta el agua. Hay otra Peña de la Resbaladiza en la zona de El Charcón.
Los cables del telégrafo: Situados entre las losetas rocosas a la altura de la calle Olof Palme, estos cables, que estuvieron en funcionamiento entre 1925 y 1970, son los primeros tramos del «hilo» que atravesaba el Atlántico hasta Sudamérica. Gracias a la desaparecida compañía Italcable, con sede en el mismo paseo de Las Canteras. Solo se ven en determinadas mareas vacías.
En la zona de la Peña la Vieja
El Descanso: Es una peña que solo aparece con las grandes mareas vacías, situada justo entre la orilla y la Peña la Vieja. Como su nombre indica, es una roca aprovechada por los bañistas, tanto niños como mayores, para tomarse un respiro, ya que casi siempre se puede ‘hacer pie’ al nadar hacia la Peña la Vieja.

La Peña la Vieja (o la Peña): Es la peña “musa” de la playa de Las Canteras. Existen dos versiones sobre el origen de su nombre: unos dicen que se debe a que en sus alrededores se pescaban muchas viejas, y otros afirman (según la leyenda) que fue porque, hace muchos años, una anciana se ahogó en ese lugar. Entre los años 50 y 60 del siglo pasado, llegó a tener un trampolín desde el cual los jóvenes de la época se lucían con acrobáticos saltos. Un fuerte reboso lo destruyó, y nunca fue repuesto. La Peña la Vieja es de origen volcánico.
La Peña del Peligro: Situada entre la Peña la Vieja y la orilla, recibe su nombre porque ‘avisa’ de que la orilla ha quedado muy atrás y ya no se hace pie.

La Peña del Camello: Situada muy cerca de la orilla. Llamada así porque tiene dos jorobas, como si fuera un camello. Es frecuente ver a niños montados y ‘encajonados’ entre las jorobas, desafiando las olas. Es de origen volcánico. A veces está llena de lapas.
De camino a El Charcón
El Balcón: Su forma, semejante a un balcón, invita a asomarse como si de uno real se tratara. Hace muchos años, sus alrededores eran el hábitat de centollos y caballitos de mar, especies que se han extinguido de Las Canteras.

Peña de La Palangana: Es una roca redonda y compacta, con un charco profundo incrustado, a modo de ‘palangana’, lo que le da su nombre. Es de origen volcánico.

La Galleta: Es un conjunto de rocas planas incrustadas en la orilla, que ahora, la mayor parte del tiempo, están cubiertas por la arena. En tiempos pasados, su extremo más adentrado en el mar era un buen lugar para pescar panchonas y salemas con caña, utilizando plátano como carnada.
El Charcón-Los Lisos (para algunos playeros antiguos «Los Charcones»)

Recordamos la Peña del Piano, cuyo desgaste a lo largo de los años provocó su colapso en octubre de 2020, quedando solo sus ruinas en el fondo de la piscina natural de El Charcón. Como homenaje a esta maravillosa peña de nuestra juventud, la mencionamos como si aún estuviera en pie.

El Piano: Peña con forma de piano de cola. Es una roca que, junto a La Galleta, cierra la laguna natural de El Charcón por el lado oeste.
Peña de La Resbaladiza: Su inclinación hace de esta roca una de las más utilizadas por la chiquillería para sus juegos veraniegos. Los niños la mojan antes de tirarse para que resbale mejor. Como ya vimos, hay otra Peña de La Resbaladiza en Punta Brava.

El Charcón: Uno de los lugares más emblemáticos para los playeros que, cada día, se dan su baño en la playa. Es una piscina natural de aguas transparentes, protegida por rocas tan conocidas como queridas. Sus aguas, a marea baja, ofrecen una tranquilidad que disfrutan todos, desde grandes nadadores hasta madres con sus hijos, con la seguridad de que no hay peligro alguno. En sus verdes y cristalinas aguas, generaciones de niños playeros han realizado sus primeras prácticas de natación y han observado por primera vez cómo sargos, gueldes, panchonas e incluso pulpos pasean por su fondo, ajenos a la actividad en la superficie.
La Bandera: Es la gran roca de El Charcón, que lo protege de las embestidas del mar por el norte. Su nombre proviene de su forma, que vista desde un punto alto, recuerda a una gran banderola ondeando al viento. El primer reto en la vida de los niños y niñas de la zona es llegar nadando hasta La Bandera.
La Punta del Barraco: Su extremo se encuentra justo por encima de La Bandera, siendo el límite oeste de Los Lisos. Toma su nombre de la abundancia de ‘barracos’ que se pescaban en tiempos pasados, una especie de pez casi desaparecida en la actualidad.
En la década de los cincuenta, un grupo de jóvenes nadadores, agrupado en el «Club Peña de La Vieja», entrenaba en la piscina de El Charcón. No se les ocurrió otra cosa que alisar, a base de martillazos, un lado de Los Lisos para poder nadar y girar más cómodamente entre la Peña del Piano (actualmente desaparecida) y Los Lisos. En el siguiente enlace tienes la historia: https://bit.ly/3BN0YuU

El Tostador: Roca que emerge con las grandes mareas bajas, situada más allá de la Punta del Barraco. Sus alrededores, en el pasado, cuando se podía pescar dentro de la Barra, eran lugares propicios para la pesca desde embarcación; era común ver botes con pescadores pegados a su veril. Es de origen volcánico.
El Entrante: Es una lengua rocosa que se adentra en el mar, situada en uno de los extremos de Los Lisos. Este lugar, conocido por su belleza natural, se muestra en todo su esplendor durante las grandes mareas vacías. Frente a El Entrante, mirando hacia el oeste, se encuentra la peña de El Tostador.

Los Lisos: Al igual que la composición geológica de Las Barras, se trata de depósitos sedimentarios cuaternarios de arenisca. Con una longitud aproximada de 180 metros y 50 metros de ancho, su enorme superficie queda expuesta durante las mareas bajas. Está formada por multitud de charcos y entrantes. Es uno de los lugares que alberga mayor biodiversidad en la playa de Las Canteras.

La Barra Chica: Es la prolongación de Los Lisos hacia el este. Corre paralela a la orilla de la playa, a una distancia de 15 metros, distancia que se está reduciendo debido a la acumulación de arena. A marea baja, muestra todo su esplendor, a pesar de haber sufrido una intensa erosión en las últimas décadas.
Entre el muro Marrero y La Puntilla, final de nuestro paseo toponímico
El Peñón: Es un gran roquete incrustado en la orilla, situado en el centro geográfico de la playa de Las Canteras. En tiempos pasados, cuando había menos arena en la dársena interior de Las Canteras, mostraba una altura considerable. Está rodeado de grandes losetas rocosas, que a menudo quedan cubiertas por los áridos. En épocas anteriores, estas rocas estaban llenas de burgaos. Dependiendo de la cantidad de arena presente en el lugar, el Peñón es visible en mayor o menor medida.

Peña de los Perros: Situada al este del Peñón, recibe su nombre porque la chiquillería de los años 50 llegaba a ella nadando a “perrito”. Otras versiones sostienen que, en sus inmediaciones, hace muchos años, se llevaba a los perros para bañarlos.

Los Lisos de la Playa Grande: Nombre dado a unas losetas resbaladizas que se encontraban (ahora siempre cubiertas de arena) frente al actual balneario de “Tomás Miller”. Eran rocas resbaladizas y llenas de cangrejillas. Hoy en día, solo permanecen en la memoria de los bañistas más veteranos.
Un paréntesis para nombrar al grupo de peñas situadas frente a la antigua Comandancia de Marina, hoy edificio del Ministerio de Defensa. Son el grupo de peñas que más ha «sufrido» la acumulación de arena de Las Canteras.

Peña del Pastel: (otros bañistas la llaman “la de los 4 Clavos”): Se le dio este nombre por su forma de pastel, aunque algunos la comparaban con una cagarruta. Es la más alejada de la orilla entre las rocas de su entorno y era conocida por ser un buen lugar para la pesca en bote. La acumulación de arena la ha acercado a la orilla.
Peña del Pico: Se encuentra más cerca de tierra que la Peña del Pastel y, como su nombre indica, su parte superior termina en un pico.

1 comentario
Rafael Rodríguez Guerra
9 de octubre de 2024Es una pena como los que tenemos más de 60 a. hemos visto desaparecer enterradas en la arena muchísimas de las piedras de las canteras junto elos cebadales donde la fauna era inimaginable a pesar de la pesca las canteras actualmente está enterrada artificialmente en bastantes metros de arena las edificaciones no dejan el movimiento natural de la misma y debería de extraerse tanta arena que incluso está partiendo la barra en algunas zonas es muy triste para los que tuvimos suerte de disfrutarla