Pocos sitios – me atrevería a decir – en el mundo hay con tanta riqueza faunística a 15 pasos de una gran urbe y que este lugar esté tan desprotegido.
Todos somos conscientes del maravilloso lugar que es Los Lisos, ese sistema de charcos, entrantes y rajones formados a través de siglos y siglos de evolución geológica están llenos de vida.
A pesar de que cada día somos más quienes mimamos a cada bichito que lo habita, la verdad es que la biodiversidad del lugar está muy expuesta a los desaprensivos y se encuentra muy amenazada.
Este lugar, el más rico en biodiversidad de toda la bahía de El Confital, no tiene ninguna figura protectora. Solo, y de una forma muy general, hay una reseña en la Ordenanza de Playas, Paseos Marítimos y Resto del Litoral de Las Palmas de Gran Canaria sobre la infracción grave (multa de 1000 euros) que es recolectar fauna: “La extracción, recolección o afectación de alguno o varios de los elementos medioambientales identificadores de los ámbitos de playa, tales como arenas, rocas, fauna, flora o patrimonio cultural”.
Escasa protección para nuestra biodiversidad, complicada más por la nula capacidad que tiene quien tiene vigilar y multar a los infractores: la “desaparecida” policía local.
Los que siguen esta web desde hace años -este noviembre cumplimos 20 años- saben que uno de los temas más recurrentes de su línea comunicativa es la protección y cuidado de nuestra fauna más cercana, la que está más desprotegida y la que ninguna institución protege. Con la llegada del buen tiempo, los charcos de Los Lisos se convertirán un año más en un patio de recreo donde todo vale, y donde la supervivencia de la fauna que creció en meses menos bulliciosos está sentenciada.
La fauna de Los Lisos merece respeto, protección y vigilancia. En cualquier otro lugar, sus bichitos estarían infinitamente mejor protegidos que aquí. Nuestra realidad da pena.
TA
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