Lo más odiado por un niño que disfruta a tope de la playa en verano es tener que “hacer la digestión” tras almorzar.
Esas – más o menos- dos horas (tiempo establecido generación tras generación) de espera para volver al agua a cualquier joven playero se le hacen eternas.
Hace años, muchos quizás…, los chiquillos de Las Canteras no salíamos del agua hasta la hora de comer. Después de almorzar, era «sagrado» hacer la digestión reglamentaria de 2 horas o más. Sobre las 4:30 o 5 de la tarde, volvíamos al segundo turno de playa y de mar.
¿Ya puedo, ya puedo? le preguntábamos una y otra vez a nuestros progenitores mientras esperábamos agazapados del sol debajo de la sombrilla. Cuando llegaba el si ¡ ya puedes ! corríamos sin tino a darnos el esperado chapuzón.
Pero, ¿es realmente necesario esperar ese tiempo para meterse en el agua después de comer para evitar el corte de digestión?.
La respuesta es sí: es una precaución acertada. Los médicos recomiendan esperar un tiempo tras comer, sobre todo después de una comida copiosa. Cuando se trata de una comida ligera, los profesionales sanitarios sugieren que se puede entrar al agua, siempre con precaución, aproximadamente en una hora.
Es mucho menos recomendable, y peor, tirarse al agua de golpe tras haber estado tomando el sol o haciendo deporte.
Lo que comúnmente conocemos como “corte de digestión” en realidad es una hidrocución: un shock termo-diferencial que provoca la pérdida de conciencia del bañista ante un contacto brusco de la piel y las vías respiratorias superiores con el agua fría.
Ayúdanos a seguir informando día a día sobre nuestra playa: dona