La playa de Los Nidillos, hasta finales del siglo XX, era una cala de arena negra y cantos rodados. Antes de la construcción del paseo, era muy utilizada por los vecinos de La Isleta. Los propios usuarios de la playa construyeron la primera escalera con 40 escalones para descender hasta la orilla.

Después de la construcción del actual paseo y durante el mandato de José Manuel Soria como alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, se construyó una piscina que ocupó la mitad de la playa. Esta piscina se llenaba con las pleamares, siguiendo el estilo de las piscinas artificiales de la costa norte de Gran Canaria.

La construcción de la piscina resultó ser un gran error, ya que los jóvenes se lanzaban al agua desde el paseo. Dos de ellos sufrieron graves accidentes. Como resultado, se decidió cerrar la piscina y el ayuntamiento gastó 60 millones de pesetas en cubrirla con cemento.

Este error hipotecó la belleza natural de la cala de arena negra de Los Nidillos.