Se despertó de madrugada y notó en su cara el roce de un hilo de la sábana.Tiró de ese hilo suavemente y cuando se quiso dar cuenta se encontró a una sirena en su cama. Se había ido apareciendo a medida que tiraba de las hebras como quien desmadeja un ovillo. La sirena se arrastró lentamente por el suelo. Él le abrió la puerta y ella se acercó a la orilla de la playa de Las Canteras dando vueltas sobre la arena. Luego la vio aletear más allá de La Barra. Todo eso lo recuerda como quien revive un sueño lejano. Nunca podrá olvidar su cara. Desde aquella noche ha cambiado las sábanas todos los días, pero hasta el momento no ha vuelto a encontrar una sirena como aquella en ninguna parte. Si sale a pasear a la avenida a altas horas de la madrugada sí nota como que le está mirando escondida desde alguna de las rocas de la playa. Aquella sábana se la había regalado un amor del pasado. Él no sabía que estaba cosida con algas.[mp_block_12 columns_number=”2″ category_id=”71″ post_sort=”rand” post_limit=”6 “]
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