La exposición al sol sin protección provoca la aparición de enfermedades graves como el cáncer de piel en general y el melanoma en particular (que es muy agresivo), unido al aumento de patologías menores como la intolerancia o las alergias solares, es por lo que la prevención adquiere importancia fundamental entre los consejos para un verano saludable.
Consejos para una buena protección solar:
El fotoprotector se debe aplicar 30 minutos antes de la exposición al sol y debe renovarse cada 3-4 horas en toda la superficie corporal expuesta.
Hay que evitar las horas de mayor intensidad solar (horas de sombra corta), es decir, de 11 a 16 horas. Cuanto más larga es nuestra sombra, menor es el daño solar.
Cuanto más clara es la piel, más alto de ser el factor de protección y más veces debemos aplicarlo.
Las personas con medicación, que padezcan enfermedades y las personas mayores tienen más sensibilidad al daño solar, por lo que se deben proteger mejor.
Una piel deshidratada es una piel más sensible al daño solar, por lo que se recomienda estar bien hidratado cuando estemos al sol.
La protección debe ser extrema en las cicatrices y áreas de piel dañadas.
No olvidarse de proteger los labios y los dedos de pies y manos.
Las gafas de sol con factor de protección son importantes para prevenir el daño ocular (cataratas y retinopatías), especialmente en los ojos claros y esta protección se recomienda desde la infancia.
Las ropas de color oscuro protegen más del daño solar que las de colores claros o blancas (salvo que estén adecuadamente tratadas).
Se recomienda la ingesta de alimentos ricos en betacarotenos (frutas y verduras de color naranja o rojo) así como en vitamina C (frutas).
Fuente: Servicio Canario de Salud
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