Pescador con un tiburón en La Puntilla, años setenta 📸
En aquellos años 80, corría el rumor entre las pandillas canteranas de que bajo la punta del Morro, debajo del desaparecido matadero, se reunía un enjambre de todo tipo de tiburones cada vez que se vertía al mar toda la sangre de los animales sacrificados.
Ya podrían imaginarse lo que pasaba por la cabeza de cualquier playero que practicara surf, windsurf o simplemente saliera a nadar. Con la visión reciente de la película de Tiburón en nuestras mentes, las pesadillas sobre los escualos asesinos se agrandaban.
Las crónicas pesqueras de aquellos años corroboraban los rumores. Muchos pobres cazones, cornudas, marrajos y otros peces cartilaginosos fueron capturados por cientos de palangres que se dejaban fondeados cada noche con sebo para que los excitados tiburones cayeran en sus anzuelos.
Ahora ya no está el matadero, los tiburones y otros cordados están relativamente protegidos. Eso sí, en la bahía de El Confital se ven muchos menos tiburones o cornudas (tiburón martillo) que hace 30 años.
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