José Casas (La Puntilla, Las Canteras) no se lo pensó dos veces, quería echar una mano, pasaba por un momento vital intenso. Veía en los medios las tristísimas imágenes del rescate de refugiados en el Mediterráneo. Quería aportar su experiencia marinera, con muchas horas en el mar en trabajos de todo tipo, también es un experto buceador.
Tras algunas gestiones pudo contactar con la organización Proactiva Open Arms que lo reclutó como voluntario para que patroneará una de sus embarcaciones rápidas de rescate.
Papá –así lo llamaban sus compañeros por su edad (57 años)- cumplió su primer voluntariado en el Golfo Azurro barco completísimo al mando de un experimentado capitán holandés, equipado con su pequeño hospital atendía perfectamente las primeras necesidades de los refugiados rescatados. Allí vivió momentos angustiosos por la amenaza constante de las patrulleras libias “que te hacen la vida imposible”.
Es increíble la cantidad de personas que te encuentras en alta mar embarcadas en embarcaciones de todo tipo, a merced de las mafias libias, que hacen con ellos lo que quieren
Pepe Casas siempre dispuesto, las 24 horas del día, patroneaba una de las neumáticas de rescate. Al aviso de “target” (contacto radar) saltaba con sus compañeros a la zodiac, llegaban los primeros al objetivo; embarcaciones repletas de personas; cansados, enfermos, quemados por el contacto del gasoil.
Tras 15 días con sus compañeros del Golfo Azurro es desembarcado en Malta. Tras unas semanas de vuelta a casa para descansar vuelve a embarcarse, está vez en el velero de lujo reformado para fines de rescate Astral
Muy critico con la formas de los países europeos y con Libia para gestionar la crisis de los refugiados «la burocracia, y los intereses los impregna todo. Europa no quiere que vengan“ nos comenta Casas muy cabreado
Recuerda la ilusión y las risas de los rescatados cuando a bordo van cogiendo confianza con la tripulación que los mima y atiende. Sin saber que lo más duro les toca ahora, cuando son desembarcados en la costa italiana.
Le viene a la memoria el caso de Samuel, un joven ghanés rescatado muy enfermo, hicieron lo imposible por mantenerlo con vida a bordo, lo consiguieron a pesar de multitud de problemas burocráticos y médicos. Fue un palo muy duro cuando se enteraron que poco después había fallecido en un hospital italiano.
Lo que vio y sintió lo marcará para siempre «vengo con el alma destrozado por lo que vi, por la……hipocresía, el poder de las mafias, la mala política con los refugiados. Me quedó con la amistad de mis compañeros, encontrada a bordo del “Golfo Azurro” y del «Astral»