“Necesito el mar porque me enseña.”. Pablo Neruda

El Gobierno de Canarias declara la alerta por fenómenos costeros a partir de las 22.00 h. de este jueves: la previsión meteorológica apunta a mal estado del mar con oleaje de mar combinada de cuatro a seis metros de altura.

Topónimos de Las Canteras: Peña la Vieja no viene de peces, sino de mitos

Que la Peña de la Vieja no se llama así por los peces sino que el término es de origen mitológico, o que La Síser debe escribirse de esta manera, con eses y minúsculas, porque ya dejó de ser la siglas de la Compañía Insular Colonial de Electricidad y Riegos para convertirse en nombre de un lugar muy específico, son algunas de las reflexiones del catedrático de Filología de la ULPGC Maximiano Trapero a cuenta de la playa de Las Canteras y de sus topónimos.

La toponimia de las islas es una de las líneas de investigación que sigue el catedrático canario, quien, además de académico, es devoto declarado y confeso de la playa más importante de Las Palmas de Gran Canaria.

 Autor del Diccionario de toponimia canaria (léxico de referencia oronímica) y Para una teoría lingüística de la toponimia (estudios de toponimia canaria), entre otros trabajos, Maximiano Trapero se interesa por los topónimos de Las Canteras a raíz de la invitación que recibe en 2006 para ser el pregonero de las Fiestas Fundacionales de Las Palmas de Gran Canaria.

 “Dediqué mi pregón a los nombres de la ciudad y aparecían, cómo no, Las Canteras, El Confital, La Isleta … A partir de ahí me empecé a interesar por los nombres de la playa. Si se hiciera un catálogo de los topónimos de Las Canteras, sacaríamos un listado bastante grande, claro que ese listado completo lo conoce muy poca gente o se conoce solo parcialmente”, señala Trapero.

 De uso general, Maximiano Trapero calcula que habrá entre 15 y 20 topónimos en Las Canteras.

 “Hay quien sabe que hay un sitio que se llama Los Lisos, pero tú preguntas a la inmensa mayoría y no lo sabe. Todo el mundo conoce La Barra o Playa Chica, pero el Peñón del Gofio ¿quién los conoce?”, se pregunta al poner un ejemplo de un término menos extendido.

 El profesor se remonta a la época pre-Canteras, es decir, a los tiempos en que la playa ni siquiera tenía este nombre, y la imagen de una playa virgen con su arrecife recuerda una secuencia de alguna película de piratas de los años 50.

 En los primeros tiempos, cuando la playa era un lugar alejado del centro de Las Palmas y  no tenía ningún interés para los habitantes de la ciudad, se la conocía como del Arrecife, en alusión a la barra. “Así aparece, por ejemplo, en el mapa de Pedro Agustín del Castillo del siglo XVII”.

 El profesor explica que hay topónimos motivados y otros que son inmotivados. Entre los primeros está el de El Confital, que viene de la presencia de concreciones calcáreas como confites. También lo son Playa Chica, Muro Marrero o el Reina Isabel. También hay nombres antiguos, pero la mayoría son modernos y  se han creado a partir de determinados accidentes de la playa o del entorno urbano, como ahora la zona del Auditorio.

 La inmensa mayoría son topónimos motivados, como Las Canteras, porque la barra fue utilizada como tal.

 “De la barra se extraían las piedras para las pilas de destilar el agua que había en todas las casas canarias, y también se sacó mucho material para la construcción de la catedral de Las Palmas. En el interior de la catedral, en la parte de atrás, hay unos bloques de piedra amarillentos extraídos de la barra de las Canteras. Si no paran, habrían acabado con la barra”

 Para Maximiano Trapero el topónimo más curioso, aunque desconoce su origen, es “el Peñón del Gofio”. Está situado a la altura de la casa roja –el antiguo restaurante chino-, justo en el punto donde algunas personas persisten en alimentar a los peces. “No es una peña, es un peñón porque se prolonga longitudinalmente”, observa.

 También es “muy curioso” es el Peña la Vieja, porque no viene de los peces llamados viejas, sino que se trata de “un topónimo mítico”. “La vieja se identifica como un lugar mítico en muchos lugares del mundo, no en el sentido de una persona física, sino como concepto mitológico. Por ejemplo, en muchos lugares de Canarias al arco iris se le llama el arco de la vieja”, expone.

 Hay algunos nombres que no tienen una motivación –o una motivación conocida-, como son estos del Peñón del Gofio o la Peña la Vieja. Dentro de dos o tres generaciones nadie sabrá por qué se llama La Síser a esa parte de la playa, sobre todo si se empieza a escribir tal cual suena”.

 -¿Cómo lo escribe usted?

-Tal cual suena, en minúsculas y con acento en la í. Ya es un término inmotivado. Si quieres buscar la etimología tendrás que escribirlo con c de Compañía Insular Colonial de Electricidad y Riegos.

 -Un topónimo motivado en Las Canteras es Playa Chica.

-Esta clarísimo, lo mismo que el Muro Marrero, o el Charcón o Los Lisos, todos ellos motivados. Hay un topónimo del que me habló un amigo, que es la Peña de los Perros, que está casi enfrente del Reina Isabel, y que se llama así por una mujer que bañaba a sus perros allí cuando no había bañistas.

 -¿Existe el nombre de Playa Grande como se cita en algunos mapas turísticos a la zona del Cristina?

-Yo no he oído nunca ese topónimo. Si quieres quedar con alguien dices “por el Cristina” o “por el Reina Isabel”, pero yo no he oído nunca decir Playa Grande. Antiguamente la playa de Las Canteras no era un lugar de disfrute. Empieza a serlo prácticamente a finales del XIX y principios del XX. Antes no. Por lo tanto, las denominaciones del interior de la playa son modernas. Salvo el nombre antiguo del Las Canteras o del Arrecife, los demás topónimos son modernos. Y los del Reina Isabel o el Cristina o el Auditorio son modernísimos.

 -¿Se siguen acuñando topónimos? Las Canteras es uno de los lugares más concurridos de la ciudad.

-La toponimia nunca acaba: siempre hay necesidad de nombrar un nuevo sitio con un nuevo nombre. Pero un topónimo es siempre un término patrimonial. Por mucho que yo quiera que se llame a un lugar determinado de una determinada manera, si ese nombre que yo quiero no es asumido por el pueblo y no se convierte en patrimonial, no se convertirá en topónimo. Tiene que ser asumido por la colectividad. Y para que eso ocurra tiene que pasar mucho tiempo, generaciones incluso. Y después pueden durar ni se sabe cuánto, hasta que se convierten en inmotivados, como la Peña la Vieja, o simplemente pueden desaparecer. ¿Quién puede decir cómo se llamaba la Playa de las Canteras en la época guanche, si es que tenía un nombre por parte de los aborígenes?

 “Usted ha nombrado el Torero, yo nunca lo había oído. Hay topónimos que se quedan exclusivamente entre un núcleo de gente reducido, por ejemplo en una familia y es un topónimo familiar, pero no pasa de ahí”.

 Publicaciones del profesor Maximiano Trapero 

Para saber más: Los nombres antiguos de la playa de Las Canteras, antes Puerto del Arrecife

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